lunes, 6 de diciembre de 2010
Visita nocturna
Esta mañana he vuelto a encontrar la tapa del váter levantada. Estoy harta, siempre igual, no sabe mear y dejar el váter como es debido. Lo negará todo, siempre lo hizo, pero yo ayer cerré la tapa, estoy segura, y no me he levantado en toda la noche, así que no hay dudas de quién ha sido. Y lo peor es que desde que murió, hace cinco años, ni siquiera puedo echarle la bronca, como antes. Dios mío, ¿por qué los fantasmas se empeñan en recordarnos lo peor de sí mismos?
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3 comentarios:
Jeje, muy bueno este también!
¡Bien hecho, FANTASMA!
Que bien te tienes que sentir haciendo eso que ella no dejaba de recriminarte. Como te tienes que reír oyéndola quejarse en su soledad.
Cada vez tengo más ganas de pasarme al lado de los fantasmas y poder hacer…
Me alegro de que os guste.
Javier, no hay que ser un fantasma para atreverse a hacer lo que más deseamos...
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