domingo, 27 de marzo de 2016

Los mujerales



©Mike Dempsey


Allí de donde yo vengo las mujeres nacen en los árboles. Primero son flores que abren sus pétalos en primavera. Exhalan un perfume que atrae a los hombres aunque se hallen muy lejos. Ellos riegan y cuidan los árboles en cuanto aparecen, a veces hasta cubren las flores para protegerlas de las heladas. Por las noches las flores se cierran y los hombres suspiran por ellas hasta el amanecer, momento en que se quedan dormidos. Por la mañana ellas abren sus pétalos, se estiran, y cada día van adquiriendo forma de hembra humana; primero salen las piernas colgando de la corola, después van cayendo las caderas, el vientre liso y suave, luego empiezan a asomar los senos redondos y los brazos que se alargan hacia el suelo; por fin aparece la cabeza y cuando caen los pétalos, es su larga cabellera la que las une a la rama. Se balancean bajo el sol, mueven los brazos y las piernas acariciando el viento, y su risa cae sobre los hombres como una lluvia picante que les hace cosquillas en los costados. Es entonces cuando mujeres y hombres están preparados. Con un impulso más fuerte, se sueltan del árbol y se lanzan sobre ellos, que las esperan con los brazos abiertos.

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Relato para un antiguo viernes creativo.

martes, 22 de marzo de 2016

El aprendiz


Ilustración de Elena Rovira Menaya


Las palabras que ha aprendido por la noche necesitan un refugio durante el día. Son palabras vampíricas, si las hiere un rayo de sol se deshacen en polvo, sin ningún efecto sobre los mortales. Por eso las guarda con tanto celo en el interior de su boca bien apretada, y la gente cree que es mudo, un poco retrasado. Es al atardecer cuando las palabras comienzan a agitarse en sus carrillos, que se le hinchan como tomates, y justo al caer la noche, ahúsa los labios y sopla una brisa que araña los corazones con la macabra salmodia del príncipe de las tinieblas.

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Un relato para REC con ilustración de mi hija Elena.