sábado, 30 de junio de 2007

LA SARDINA MARTINA

Dibujo de mi hija Elena



La sardina Martina
aprender quería a bailar,
como buena bailarina
por el vals va a comenzar.

Un, dos, tres, un, dos, tres,
repetía el profesor,
un viejo chipirón,
con clara voz de tenor.

Había otro bailarín,
un cangrejo chiquitín
que bailaba en la cantina
con la sardina Martina.

Aplaudía el calamar,
sus patas hechas un lío,
y las estrellas de mar
reían de trío en trío.

¡Qué buena pareja!
decía mamá cangreja.
¡Qué gracia y salero!
Por el mar entero
ver bailar os quiero.




Dibujo de mi hijo PEdro





martes, 19 de junio de 2007

¡Nos vamos de viaje!

Nos vamos de vacaciones mañana, una semana a Italia: Bérgamo, Verona y lago de Como. A comer spaghetti y helados y tomar capuccino... Espero venir con muchas fotos (ya colgaré alguna por aquí). A ver si un chapuzón en el lago de Como me trae la inspiración y traigo la maleta llena de nuevas ideas.
También tendremos unas vacaciones literarias, nos pasearemos por las calles de Verona, esas calles que son el escenario de la tragedia de Romeo y Julieta. Estamos leyendo la obra en casa, aunque no sé si nos dará tiempo de terminarla. He aquí un fragmento de la obra:

Julieta: Si te encuentran, te matarán.
Romeo: Más homicidas son tus ojos, diosa mía, que las espadas de veinte parientes tuyos. Mírame sin enojos y mi cuerpo se hará invulnerable.
¡Hasta la vuelta! Ciao...

jueves, 14 de junio de 2007

Ya llega el verano...




Ya se acaba el curso, ya llega el verano. Ya teníamos todos ganas, los niños, los mayores. Por fin ha llegado el calor, aunque demasiado de repente, como siempre ocurre en esta Zaragoza infernal.
Pero con el calor nos iremos a la piscina y comeremos helados y planearemos vacaciones en algún sitio lejos del asfalto.
Me gustaría tener las vacaciones de los niños. No solo porque es mucho tiempo (dos meses y medio, quien los pillara), también porque me gustaría compartirlas con mis hijos. Yo sigo trabajando y ellos están de fiesta, en casa. Me dan envidia. Cuando tenga vacaciones, nos iremos de viaje a algún sitio, sí. Pero no es lo mismo que estar en casa. Como no tengo muchas oportunidades de pasar el tiempo con ellos en casa, hecho de menos poder hacerlo (sueños, que bonitos son).
Algunas madres estarán pensando, pero qué dice esta, con la guerra que dan estos críos.
Sé que si estuviera en casa no dejaría de trabajar (que se lo digan a las amas de casa), pero en verano me gustaría llevar ese otro ritmo de vida, más relajado, más diferente a la rutina del curso escolar.
Me acuerdo cuando era niña y mi madre estaba desando que tuviera vacaciones para irnos a la piscina o adonde fuera. Era pasar a una vida sin horarios, sin las prisas para llevarme al colegio y sin tener que ir a buscarme a una hora fija. Aunque el ir a la piscina también le obligaba a correr por la mañana para dejarlo todo listo (la casa, la comida) y salir pronto para disfrutar del sol y el agua antes de comer.
Me gustaba nadar y bucear. Meter los pies en la orilla de la piscina y patear el agua. Y tumbarme a la sombra.
Salíamos tarde de la piscina, hacia las dos y media y caminábamos arrimándonos a la minúscula sombra que arrojaba el muro de una fábrica hasta la parada del autobús.
Cuando llegábamos a casa, apenas me apetecía comer, del cansancio, del calor. Pero después de la comida se me había pasado ya el sueño. Mi madre me decía que durmiera la siesta, que reposara un poco. Pero eso para mí era perder el tiempo. Así que leía, leía libros mientras mi madre dormía la siesta.
Y comíamos helados. Siempre que salíamos por el centro de la ciudad, a la vuelta caía un delicioso helado de cucurucho, que saboreábamos a lametazos hasta llegar a casa. A mi madre le encantaba el cucurucho, más que el propio helado. A ella le gustaba de turrón (y sigue siendo su preferido); a mí, de fresa (ahora también lo tomó de limón y de yogur o de turrón).
Ha llegado el verano, animaos, id a la piscina. Y comed helados, de vez en cuando.
Y disfrutad del tiempo libre haciendo lo que más os guste: pintar, leer, escribir, jugar, hacer deporte... Todas esas actividades que llenan nuestra vida de imaginación y felicidad.

miércoles, 6 de junio de 2007

Más sobre iniciación a la lectura...


Siguiendo con el tema de la iniciación de los niños en la lectura, me gustaría reponder a Gab, que me dejó un comentario en mi entrada del 2 de junio. Tienes mucha razón en que sobre todo los niños tienen que tener a su disposición libros para que puedan leer, cuantos más les pongamos a su alcance, mejor. Y que el ejemplo, una familia de padres lectores, ayuda, no cabe duda que es más fácil que un chico lea si ve a sus padres leer. Aunque tampoco es la fórmula mágica. También en la mesa redonda de "saber leer" estuvimos comentando que en familias de padres lectores pueden salir niños que no quieran ni acercarse a un libro, mientras que en familias de no lectores, acaba habiendo jóvenes que devoran los libros. ¿Cuál es entonces el secreto para que los niños lean en la escuela y disfruten y sigan leyendo después, en la adolescencia?
¿Quizá no deberíamos insistir tanto en la lectura, de manera que se convierta en una obligación en vez de ser un acto voluntario, que uno decide hacer porque le apetece, porque elige esa manera de pasar parte de su tiempo libre?
En uno de los colegios que participaron en el programa habían realizado una nueva experiencia con los niños de sexto de primaria: les propusieron leer lo que quisieran, podían acudir cuando lo desearan a la biblioteca y escoger ellos mismos los libros. Hasta entonces los chicos habían tenido como obligación leer un libro cada quince días. Curiosamente, comprobaron que los chicos habían leído más este año que en los anteriores…
La clave supongo que está en que los niños encuentren esos libros que les enganchan a la lectura, que les incitan a leer nuevos libros. En nuestra vida siempre hay un libro o una colección que nos descubre lo maravilloso que es "perder" el tiempo leyendo, ese libro que nos lleva a otro y a otro más. Y pongo ese perder entre comillas, porque hoy precisamente mi hijo de ocho años me ha dicho que leer no es perder el tiempo. Y yo, como buena lectora, estoy de acuerdo con él. Con cada libro siempre ganamos, nunca perdemos. Ganamos nuevos horizontes, ganamos en cultura, ganamos en humanidad, ganamos en tantas cosas…
Y tantas cosas más podríamos decir sobre la iniciación a la lectura…

sábado, 2 de junio de 2007

Mi dinosaurio en el jardín


El dinosaurio de la juguetería era precioso.
Un diplodocus de color verde,
con el cuello largo y un cuerpo enorme.
Ahorré céntimos y céntimos
en mi hucha de cerdito
y ayer me lo compré.

Lo dejé en el jardín un momento
y se comió las margaritas de papá.
Eran sus margaritas preferidas.
Aún tenía margaritas entre los dientes
cuando papá fue a regarlas.

Mi papá se puso rojo (de rabia),
yo me puse azul (tierra, trágame),
el dinosaurio siguió siendo verde,
pero le salieron puntos blancos
(debió de ser por los pétalos de las margaritas).
A mamá le entró la risa,
cogió la regadera de papá y regó al dinosaurio.

- ¡Vigila a tu dinosaurio! – me riñó papá – ¡Acabará comiéndonos también a nosotros!
- No, papá, es vegetariano.
- ¡Pues ojito con los rosales! - dijo papá.

A partir de entonces, no dejo solo a mi dinosaurio ni un segundo.

Hasta duerme conmigo.
Solo le doy de comer las malas hierbas del jardín.

Mi papá está contento
(ya no tiene que quitar las malas hierbas)
y mi dinosaurio es feliz
(tiene un estómago agradecido).
A mamá le encanta el dinosaurio
(sigue teniendo puntos blancos).
Y yo tengo compañía
todas las horas del día.

viernes, 1 de junio de 2007

Sobre los libros y la lectura

Por mi parte, os puedo dar dos consejos:
1. Leed lo que os guste, lo que os aburra abandonadlo antes de que os aburra más.
2. Si os gusta leer, leed mucho. Y si no os gusta... Vosotros os lo perdéis.

Programa "Saber Leer"

El martes 29 de Mayo fue la jornada de clausura del programa "Saber Leer". Se trata de un programa que ha iniciado el Gobierno de Aragón que pretende fomentar la lectura entre los chicos de primaria. Comenzó en este curso 2006-2007 de modo experimental, en ocho colegios de la comunidad de Aragón. Se han realizado en los colegios distintas actividades de animación a la lectura: cuenta-cuentos, encuentros con escritores e ilustradores de literatura infantil. Depués, en cada centro se realizaban distintas actividades relacionadas con la lectura.
El martes nos reunimos para comentar los resultados del programa: los profesores de los centros expusieron por la mañana como había sido su experiencia y las actividades realizadas. Fue una lástima que no pudiera asistir a toda la sesión de la mañana, llegué a las últimas presentaciones.
Por la tarde, después de una buena comida en el restaurante Vía Romana, en compañía de dos colegas y amigos escritores, Fernando Lalana y Mª Dolores Tolosa, nos tocó el turno a los ilustradores, cuentacuentos y escritores. Fue una mesa redonda (lo llamamos así, aunque en realidad la mesa en la que nos sentamos era alargada) en la que participamos Sergio Lairla (escritor), Ana Lartitegui (ilustradora), Mª Doplores Tolosa (escritora) Cristina Verbena (cuentacuentos), Fernando Lalana y una servidora, como moderadora, Marina, del centro de profesores y recursos. Estuvimos debatiendo sobre como hacer que los chicos lean (y que una base fundamental es que lean en primaria) y sobre todo, cuál era la manera de conseguir que esos lectores continuaran leyendo en la adolescencia. A partir de los doce años, muchos chicos dejan de leer.
También se habló de la importancia de la ilustración, no solo para los niños, también de los nuevos ábumes ilustrados para adultos.
De que hay que dejar que los chicos lean, según sus inclinaciones. Que ellos mismos, leyendo, descubran lo que los libros pueden darles. Ese disfrute que los lectores mayores ya tenemos y que solo cada niño cuando lee puede llegar a encontrar. Nadie convencerá a un niño de lo divertido y maravilloso que es leer, él mismo tiene que descubrirlo.
Hablamos de la literatura para adultos y de la literatura infantil, que no debe ser considerada como literatura "menor"...
Y Carlos Grasa apuntó que habíamos hablado mucho de disfrutar de la lectura y de gozar. Pero también hay libros que nos hacen sufrir. Y eso también nos gusta. Cómo disfrutamos con esos libros que nos hacen llorar... Y si los vuelves a leer, la segunda vez lloras todavía más... Ay, las páginas empapadas de lágrimas... y una moqueando como un perro con moquillo...
También Carlos Grasa dio el punto final a la charla cuando habló de esa distinción que estábamos haciendo entre literatura para niños y para mayores. La literatura para niños solo tiene un público infantil, la literatura para adultos, solo está dirigida a los niños. Quizá la mejor literatura, la gran literatura sería aquella capaz de llegar tanto a los niños como a los adultos.
Y aquí hubo una controversia, pues Fernado Lalana pedía que alguien le diera un título que cumpliera eso, tan difícil. Yo propuse El principito, Ana Lartitegui El jardín de Babaï. He tomado nota de este título, para buscarlo y leerlo.
Después de todo este rollo que os he metido, solo añadiré una cosa: para mí leer es... una aventura. Una aventura que vas siguiendo en las líneas de un libro y que te hace sentir e imaginar cosas diferentes de las que vives día a día. O que otras veces te hace reconocer esas cosas que vives a diario y apreciarlas.