viernes, 30 de noviembre de 2012

Día de las librerías



Librería Shakespeare & Co, París


Los secretos de los libros


Aquella tarde, al salir del cole, entré en una tienda muy especial. Estaba llena de libros por todas partes. Las estanterías llegaban hasta el techo, había montones de libros en mesas, apilados, por aquí y por allá. Me sentí muy pequeñito al entrar allí, y casi estuve a punto de marcharme, pero mamá me llevó hasta unos libros con portadas de dibujos maravillosos. Oí que los libros me llamaban: ven, ven a vernos, por favor...
Me acerqué a ellos con sus alegres portadas de colores. Y pasando sus páginas descubrí un divertido mundo de animales y simpáticos monigotes. Me reía a carcajadas y mi risa despertó a un viejo que dormitaba en un rincón. Se quedó mirándome encantado. Yo me acerqué a otros libros sin dibujos, pero mi rostro perdió la sonrisa porque no los podía entender.
El anciano se acercó a mí y me preguntó:
—¿Quieres que te enseñe el secreto de los libros?
—¿Los libros tienen secretos? —le pregunté yo a mi vez a ese señor que se parecía a mi abuelo.
—Sí, cada libro guarda un secreto y tú puedes descubrirlo al abrir sus páginas.
Tomó un libro muy gordo que me asustó, porque no tenía apenas dibujos y la letra era muy pequeña.
—Pero yo no sé leer —repliqué.
—No importa, ven —contestó dándome la mano—, yo te ayudaré.
Me sentó en sus rodillas, me enseñó la portada del libro y comenzó:
—El primer secreto de un libro es el título: mira, este se llama El armario de los sueños, ¿qué te parece?
—Pienso en un armario mágico en el que si entras, consigues tus sueños.
—Muy bien, chiquillo, pues este libro es ese armario y cuando lo abras y entres en él, descubrirás los sueños de un niño como tú.
Abrió el libro por el centro, y continuó:
—El segundo secreto de un libro es su olor. Cierra los ojos y lo descubrirás.
Yo cerré los ojos y aspiré con mi naricilla respingona y me llegó un olor dulce, extraño, pero delicioso y penetrante, no quería abrir los ojos, solo quería oler.
—Hay libros —siguió el anciano— que huelen a nuevo y nos prometen futuro; hay libros que huelen a viejo y nos traen los recuerdos del pasado, nos susurran las vivencias de aquellos que los tuvieron en sus manos antes que nosotros...
Yo cogí sus manos y supe que habían abierto muchos, muchos libros. Sus manos olían a libros nuevos y  a libros viejos, y deseaban abrir muchos más.
—El tercer secreto de los libros son las palabras: ellas nos cuentan historias que vivimos en nuestro corazón.
—Pero ya te he dicho que no sé leer palabras —protesté otra vez, con impaciencia.
—Dentro de poco tiempo aprenderás en el colegio, pero mientras tanto, coge un libro, acércate a una persona mayor y le pides con tu vocecita más tierna: por favor, leémelo... Nadie se puede resistir a un niño que nos pide que le contemos un cuento.
Escuché las palabras del libro en la profunda voz del abuelo:
—“Érase una vez un niño que se escondió en un armario. Era un armario muy grande y muy alto, lleno de trajes de señor” —, el abuelo apartó al mirada del libro y me dijo mirándome a los ojos: —El cuarto secreto de un libro son los sentimientos. Las palabras de los libros nos llegan al corazón con sus manos delicadas —. Y siguió leyendo:  —“El niño estaba muy asustado, se había escondido en ese armario para escapar de un hombre que quería matarlo”.
Yo sentí el miedo del niño, y temblé, sentí la felicidad cuando cayó por el fondo del armario y se encontró con el mundo de los sueños... 
—El quinto secreto de un libro son los dibujos, esos completan esta obra de arte, le dan una segunda vida.
El abuelo me enseñó una lámina donde pude ver los ojos negros del niño, el mundo tras el armario, el color de sus sueños.
—El sexto secreto de un libro es la aventura —me confió el abuelo, y conforme siguió pasando las páginas de aquel libro yo vi al niño que volaba en un dragón, vi al niño volar sin alas, lo vi luchar contra malvados monstruos...
—El séptimo secreto de un libro es este: —y al terminar el cuento me enseñó unas letras grandes en la última página: FIN—. El fin lo cierra, lo completa, el fin te invita además a seguir soñando.
Y descubrí a aquel niño que salía del armario dispuesto a enfrentarse con valentía a ese hombre que lo había asustado tanto al principio de la historia. Seguí soñando con ese mundo que encontré dentro del armario durante un buen rato y luego sentí hambre de más aventuras y le dije al abuelo:
—Pero yo no quiero que esta historia termine...
—Tranquilo, nunca termina, porque se queda en tu interior, y un libro siempre lo puedes abrir otra vez por el principio y comenzar de nuevo. Y además aquí —y su mano recorrió los estantes de la librería— te están esperando otros muchos libros que sentir y vivir.
Me levanté de las rodillas del abuelo y le di un beso en la mejilla:
—Gracias por enseñarme los secretos de los libros.
Después vi a mi madre, que estaba ojeando otros libros en un mostrador. Me acerqué con un libro rojo que me había gustado mucho y le dije:
—¿Me lo lees?
Mamá sonrió y me dijo:
—Claro, cielo.
Se dirigió al anciano de la librería y añadiendo otro libro para ella del montón que había estado ojeando le dijo:
—Nos llevamos estos dos, por favor.
—El octavo secreto de los libros es este —me dijo el anciano guiñándome un ojos al entregarme el paquete—: Un libro siempre te lleva a leer otro libro…

Desde aquella tarde he visitado esa librería muy a menudo para buscar sueños, para seguir desentrañando los secretos de los libros. Y aunque ahora ese viejo librero ya no está allí, los libros siempre me están esperando. Para que los abra, para que los huela, para que los lea. Y otros jóvenes libreros, pero con el mismo brillo en la mirada que aquel anciano, me enseñan nuevos libros, me abren nuevos sueños, me tienden una mano para seguir descubriendo el mundo. 


* * *

Hoy es el día de las librerías. He pasado muchos buenos ratos en esos espacios llenos de libros, ojeando y hojeando sus páginas, imaginando qué hay detrás de sus títulos sugerentes, relamiéndome con sus deliciosas portadas, disfrutando de sus ilustraciones, leyendo fragmentos de historias maravillosas... Hoy no te olvides de visitar una librería, esa que está cerca de tu casa, en tu barrio, y celebra con tu librero que aún existen los libros para seguir soñando.

Librería Lello & Irmao, Oporto.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Mentiras


—No me vengas con historias —me dice mi mujer cuando le digo que hoy tengo que quedarme a trabajar hasta tarde.
A veces pienso que lo sabe, que sospecha, que me va a montar un número. Pero solo calla y me cuelga el teléfono, con rabia contenida.
—Cuéntame una historia —me susurras en la penumbra de tu lecho.
Y yo recuesto mi cabeza en tu vientre y, entre fantasías, olvido todas las mentiras que hacen posible que pueda estar contigo. 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Cienmanos, el libro






¡¡¡Hoy tenemos un notición!!!!
La micronovela (¿o meganovela?) Cienmanos, que se convirtió en El vals del tiempo, ya tiene libro que os podéis descargar. Pincha en la foto para ir al libro.



miércoles, 21 de noviembre de 2012

Día universal del niño


Un paseo por las escuelas del mundo


Oscar empezó un cuaderno de tapas azules en el colegio.



En Irlanda, la lluvia golpeaba la ventana.
Jack salió a la pizarra, y dibujó



Los niños de una aldea masai se sentaban bajo la sombra de una acacia. Su maestra les contaba un cuento. Gunka pintó en la arena con el dedo, una casa de ramas y barro.








En el altiplano, el maestro le preguntó a la niña nueva de la clase: ¿Cómo te llamas?
María, dijo ella. Se sentó en el pupitre de madera y el maestro le enseñó a escribir su nombre: 


En la madrasa, por la ventana se veía la arena del desierto. El maestro hablaba de la familia. Salma dibujó un papá, una mamá y un niño que tenía en la mano un corazón.

Ming llegó a la escuela en una silla de ruedas. El maestro abrió la puerta y empujó su silla hasta su sitio en la clase. Ming dibujó una silla de ruedas con un niño feliz.
  
Sanub llevaba una pila de ladrillos en sus manos. Su madre fue a buscarle y lo llevó a la escuela. La maestra le sonrió al verlo llegar. Sanub dibujó en un papel a su maestra.

Los mayores deben recordar que también tenemos derecho a jugar, dijo Salma.
Una campana sonó alegremente para anunciar la hora del recreo.

Oscar pasó la pelota a sus amigos.

Jack arrojó a la tierra las canicas de colores

Gunka acunaba una muñeca hecha de trapos y paja.

María saltaba a la comba con los otros niños.

Salma encorría a sus amigos en el patio.

Ming hacía una pajarita de papel que volaba hacia el cielo.

Sanub jugaba con un palo y una chapa al jockey.

Todos los niños unieron sus manos para jugar al corro, cantando. Rodearon la tierra entera.

El mundo era un gran patio de recreo donde las risas de los niños nos llenaban de esperanza.







* * *


Ayer fue el día universal del niño. No me dio tiempo de poneros este pequeño homenaje a todos los niños del mundo, llega hoy con retraso. 

El 20 de noviembre de 1959 se proclamó en la ONU la Declaración de los Derechos del Niño. Posteriormente, en 1989, se firmó la Convención de Derechos del niño, que desarrollaba el contenido de los diez principios de esa declaración. Por ese motivo el 20 de noviembre se celebra el Día Universal del Niño.

Pincha aquí y recordarás los diez principios de la Declaración Universal de los Derechos del Niño.

Todos los países del mundo firmaron la convención, excepto Somalia y EEUU... El gobierno del presidente George Bush se opuso a ratificar la Convención porque "crean conflicto con las políticas de Estados Unidos en el rol de los padres, soberanía, estado y leyes locales". Y yo me pregunto: ¿qué extraño rol tienen los padres norteamericanos que no pueden firmar esto?

Por un mundo en que todos los niños puedan tener una casa, una educación, amor, juegos, sanidad, cuidados adecuados, no puedan ser explotados... Me gusta sobre todo una frase del preámbulo de la declaración de derechos:

"Considerando que la humanidad debe al niño lo mejor que puede darle..."


Me hubiera gustado poneros más dibujos de niños pero no ha sido posible.

Buenas noches y todo mi amor para los niños.




lunes, 19 de noviembre de 2012

Una de ranas

Se me olvido contaros, que hacia principios de mes estuve chapoteando por la charca de la ranita Puck.

Pinchar en la foto para saltar allí como las ranas:



Está la charca a tope de ranas. ¡Croack, croack!

domingo, 18 de noviembre de 2012

Romeu y compañía





Gracias a Maruja Torres por ese artículo en el semanal del país sobre el genial Romeu, porque curiosamente hace unos días recordaba cuando el país Semanal traía una página dedicada a los humoristas, me acordaba de Romeu y de Quino y de Maitena y de tantos otros. Yo crecí con la liga de los sin bata y deseando beber agua de regaliz. Echo de menos a estos artistas del dibujo, del humor, de la crítica llena de ironía sobre la actualidad. Me gustaría que volvieran a sus páginas como antes. También se echa de menos ese suplemento infantil, el Pequeño País, que nos regalaba comics todos los domingos en el periódico (infantil, pero que los mayores leíamos con fruición, porque había mucho humor adulto en ellos: Calvin y Hobbes, Zits, Kid Paddle...). Recuerdo que cuando llegaba los domingos a casa con el periódico, los niños salían a robarme esas páginas de las manos y las saboreábamos juntos con el desayuno familiar; un desayuno entre tostadas y risas, placentero y lleno de humor. Se acabó también ese suplemento cuando llegó la crisis, la dirección del periódico consideró por motivos económicos que no podía soportar su coste. Y sin embargo, es precisamente en estos tiempos grises cuando los lectores más necesitamos ese tipo de lecturas que nos abran los ojos a la realidad, pero con una sonrisa irónica que nos ayude a soportar y rebelarnos contra esta crisis que quiere arrebatarnos todo lo que habíamos conseguido. Seguiremos perteneciendo a la liga de los sin bata, en pie contra esa vuelta a un país en blanco y negro del que tanto nos costó salir.

* * * 

Carta para el suplemento dominical El país semanal.

La carta se publicó en el El país semanal del día 2 de diciembre, aunque la caparon un poco, vaya usted a saber por qué... 





Reestreno

Es domingo, pasan ya de la medianoche, así que Fernando, Ana y yo nos vestimos de largo otra vez para volver a ver el vídeo de  La rosa roja. ¿Que dónde está Juanlu? Es es el sol más brillante de mi vestido...
¿A que estamos guapos?

¿Nos acompañas? Pincha en el dibujo para ver el vídeo.




sábado, 17 de noviembre de 2012

Vida de perras


Sus labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto. La perrita estira las orejas, se vuelve y corre hacia sus zapatos de tacón. Tacones de aguja, que bailan despendolados. Ese equilibrio imposible, ese andar pisando huevos. La perrita camina a su vera como de puntillas, con elegancia natural. Regresan a casa, en el espejo del ascensor contempla su rostro pintarrajeado. A sus pies, la perrita está tan mona con un simple lacito en el pelo. La perrita se acomoda en su cojín; ella suspira ante la tentación del sofá frente al televisor. Pero la calle le espera, junto a otras perras que malviven del oficio más antiguo del mundo. 

* * *
Mi ultima participación en Rec. El mío también era de perros... Como tantos.

jueves, 15 de noviembre de 2012

La rosa roja, en vídeo


Hoy os presento el estreno del corto de Fernando Vicente sobre mi relato La rosa roja, con la colaboración de otros dos amigos, Ana Vidal y Juan Luis López Anaya (Juanlu).






Cuando escribí este relato, pensé que quedaría bien hacer un vídeo. Pero me faltaban materiales y arte cinematográfico; entonces me dije, esto lo haría bien Fernando, que es el genio de los vídeos... Así que le propuse si quería hacerlo y aquí lo tenéis. Me dieron una sorpresa, porque yo no tenía ni idea de que Juanlu y Ana participaban también en el asunto y la verdad es que cuando lo recibí el martes pasado, quedé encantada con el resultado. Bueno, que me emocioné y todo.
El cineasta me tuvo en ascuas sin contarme nada, salvo algo de la banda sonora; me asustó con eso de que se iba a tomar algunas licencias como en toda adaptación cinematográfica, para que pensara "a ver qué demonios sale de todo esto", pero la película ha superado todas mis expectativas. Es completamente fiel al relato pero con ese toque personal de Depropio, los dibujos narran la historia de Martina con el sello  sinuoso de Juanlu, la voz de Ana nos cuenta la historia con una dulzura que nos envuelve, y Fernando la mata de un soberbio plumazo (o rosazo, en este caso).

¡Gracias a los tres artistas!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

14-N, HUELGA GENERAL



ESTE BLOG ESTÁ DE HUELGA. 


Ilustración de Juanlu

domingo, 11 de noviembre de 2012

jueves, 8 de noviembre de 2012

Cambio de sábanas



La cabeza del hombre que amó da vueltas en el interior de la lavadora. Ahora, al verlo ahí dentro, piensa que era bien sencillo: primero al cesto de la ropa sucia, luego a la lavadora. Tan fácil como cambiar de sábanas. Solo le falta poner en su cama al hombre nuevo y limpio que está esperando en el armario.

* * *
Esta fue la primera versión para el concurso casa de muñecas de Páginas de espuma. Los relatos tenían que comenzar con la frase: La cabeza del hombre que amó da vueltas en el interior de la lavadora... Debían tener solo 200 caracteres, así que la versión final que envié al concurso, comiéndome el punto final para quedarme justo en 200, fue la siguiente :

La cabeza del hombre que amó da vueltas en el interior de la lavadora. Primero al cesto de la ropa sucia, luego a la lavadora. Tan fácil como cambiar de sábanas. Solo falta poner en su cama al hombre nuevo y limpio que está esperando en el armario.

* * *
Esta claro que las brevedades tan breves no me van... Me gusta más el primero. Y también me gusta más este otro Centrifugado que ya os avancé aquí, que era más largo.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Esperando en la oscuridad


Estoy a oscuras, completamente a oscuras. Es una oscuridad negra y espesa, la siento rodeándome, puedo hasta palparla: blanda, viscosa, fría, y ella se vuelve hacia mí, me envuelve y me siento abrazado por un muerto. Otras veces, la oscuridad extiende sus brazos y me oprime la garganta, pretende estrangularme. Me libro de sus manos y ruedo hasta un rincón. Pero vaya a donde vaya, ella está siempre sobre mí, no me abandona nunca. Además, ya se me terminó la comida y tengo mucha hambre. Lo único que puedo comer es oscuridad. Pero la oscuridad solo alimenta el miedo; es cierto, cuanta más oscuridad devoran mis ojos, mayor es mi miedo. Miedo a que ellos vengan en silencio, y yo no pueda verlos y me atrapen, y me maten sin ni siquiera darme tiempo a soltar un grito. Llegarán de repente, envueltos en la negrura, su mejor aliado es esta oscuridad traidora que me rodea. Qué fácil sería matarla, bastaría con encender la luz, pero si lo hago, ellos me encontrarán. Por eso continúo luchando con puños y dientes contra ella, pero es invencible, siempre renace de sus propias sombras, más negra que antes.                                                                       

jueves, 1 de noviembre de 2012

El señor Huesitos nos visita





Mr. Huesitos ha venido a visitarnos a los postres. Lo que no sabe es que nos lo vamos a comer...
Poco a poco...
Y el pobre sigue con esa sonrisa...

Caraplato - panellet






Los panellets me miraban suplicantes... 
Me llamaban con su boca de fresa...
No me pude resistir...
Y me los comí.

* * *
Hacía mucho tiempo que no traía caraplatos por aquí. Los platos de los hoteles, blancos y lisos son más adecuados para hacerlos. En casa no tengo ni un solo plato sin dibujo, así que este casi parece que lleve gorro de ¿esquimal?

La rosa roja


La rosa roja

Un capullo de rosa rojo dentro de un vaso. El conde empuña la rosa entre sus dedos. Una de sus espinas se hinca en su dedo índice, una gota de sangre cae sobre el papel.
La sangre de su dedo resbala lentamente por el tallo, convirtiendo la rosa en una pluma estilográfica. Escribe muy despacio:
Martina,
Martina baila en su fiesta de paso de ecuador. En esa mansión del siglo XIX reconvertida en discoteca, se transforma en la princesa que deseaba ser cuando era niña.
tú fuiste
Hace un calor sofocante en la pista de baile y Martina sale a la terraza para refrescarse. Un joven que no conoce se acerca a ella y la mira intensamente a los ojos.
mi amor,
El joven arranca un capullo del rosal que trepa hasta la balconada y, sin palabras, se la ofrece. Los labios del joven son tan rojos como la rosa.
por eso
Martina siente un deseo irrefrenable de besar esos labios. Entreabre los suyos y cierra los ojos. El joven la besa.
pronto
Martina siente las espinas de la rosa mordiendo su pecho como colmillos.
mo
Es consciente de que ese beso se le está llevando la vida, pero el deseo le impide despegarse de esos labios.
ri
Martina siente cómo la sangre abandona su cuerpo.
rás
Se desploma en el suelo.
*

El conde contempla la rosa, ahora abierta en todo su esplendor, y la arroja a la terraza. Pisa la rosa. La flor vomita un charco de sangre que se extiende bajo sus pies.

La policía encuentra la rosa bañada en sangre y las huellas de unos zapatos, rojas, que escapan peldaños abajo. En la pista de baile suena, ni siquiera el DJ sabe por qué, la Danza Macabra, de Saint-Saens.



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¡Feliz Halloween a todos! Empieza el fin de semana de la noche de los muertos, las ánimas, las brujas y los cuentos de terror...

Mañana otro relato en negro...

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No me gustaba la música que había elegido para la última frase del micro (era "Tristeza de amor" de Chopin), quería algo más macabro, pero esa fue la primera melodía romántica que se me ocurrió en su momento. Ahora, gracias a la sugerencia de Fernando Vicente, la música que suena al final del relato es "Danza Macabra" de Saint-Saens. Realmente es muy acertada, tanto por el título como por la cadencia romántica y delicadamente macabra de la música.


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Si quieres ver y escuchar el vídeo de este relato, pincha aquí

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