miércoles, 26 de agosto de 2009

Terrazas de Cuenca

Una terraza al atardecer, la terraza deseada, desde la que seríamos capaces de echar a volar como la paloma posada en su baranda.





Una terraza colgada sobre el abismo.
Una terraza donde el tiempo parece haberse detenido en el pasado.
Una terraza para abandonarse, para perderse en ensoñaciones, para asomarse al infinito, para no pensar en nada o para pensar en todo...
* * * * *
Yo no sé con cuál quedarme, ¿y tú?
Quizá una para los lunes, martes y miércoles; la otra para los viernes, sábados y domingos; y los jueves lo echaríamos a suertes.



Los colores de Cuenca






















lunes, 24 de agosto de 2009

Ventanas y miradas





Cada ventana tiene sus propios ojos

para mirar el mundo


Cuenca, ventanas de los "Rascacielos"

sábado, 15 de agosto de 2009

Luces en el parque


La luz de la mañana atrapada en las hojas de los árboles
del parque solitario.

domingo, 9 de agosto de 2009

Pepinillos del diablo

Ya llevamos una semana en Zaragoza, terminada la primera tanda de vacaciones, y esta mañana nos hemos ido con las bicis hasta las esclusas de Valdegurriana, en el Canal imperial de Aragón. Un paseo por los carriles bicis de la ciudad que nos ha llevado a atravesar el Parque Grande (que todo el mundo lo llama así en Zaragoza, aunque su nombre sea Primo de Rivera, y aunque ahora con el parque Metropolitano del Ebro haya dejado de ser el parque más grande de nuestra ciudad, para nosotros nunca dejará de ser el Parque Grande), y, siempre pegados al canal, hemos cruzado el puente de Torrero y por fin hemos abandonado la urbe para tomar un camino de tierra que llega hasta las grandes esclusas de Valdegurriana por las que caía un buen caudal de agua. El paseo es muy agradable, hay una zona pequeña de pinar, y junto al canal siempre está la vegetación salvaje de carrizales y demás hierbas del lugar.

Aparte de ver una abubilla volando, nuestro gran descubrimiento hoy ha sido encontrar una plantita muy curiosa que se llama pepinillo del diablo. Y os preguntaréis, ¿por qué se llama pepinillo del diablo, con esas flores amarillas tan bonitas y sus pepinillos verdes chiquitillos y tan aparentemente inofensivos?


Pepinillo del diablo (Ecballium elaterium)


Pues porque cuando el pepinillo está maduro, en su punto, al más leve toque escupe instantáneamente el líquido que lleva dentro para expulsar las semillas, con ruido y todo ¡fluuuusssh!, tan de repente, que ni siquiera ves como sale el líquido, pero lo notas y te salpica y te deja con la boca abierta, que mejor que la cierres porque el pepinillo es venenoso (ahí debe estar la mano del diablo, en el disparador y en el veneno). Hay quien dice que este pepinillo produce alucinaciones y mucha sed.

El pepinillo por dentro, con sus semillas.

Una planta curiosa y sorprendente.
Las hormigas ensegida han venido a llevarse el banquete de semillas que hemos desparramado por el camino, cundo tocábamos un pepinillo aquí y otro allá...

Por último y como contraste a la naturaleza, volvemos a nuestra urbe, con sus grafitis en puentes, como el gran grafiti BIG SIZE (desde luego lleva una camiseta big size que le llega hasta los pies):


O las Caras Raras decorando un campo de fútbol encerrado en su jaula (da la impresión de que han encerrado en la jaula a todos los Caras Raras):


miércoles, 5 de agosto de 2009

Nunca es tarde para leer.

Nunca es tarde para leer, solo es tarde para leer cuando estás muerto porque entonces ya no podrás leer más.

(Una de las frases lapidarias de mi hijo Pedro cuando le dije por la noche que se nos hacía muy tarde para seguir leyendo Harry Potter...)

martes, 4 de agosto de 2009

Sorpresa en el pueblo abandonado

Subiendo al pueblo abandonado de Acín, en la Garcipollera...










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...nos topamos con el gigante de los ojos azules: