Cada
mañana, nuestro pulcro ministro disimula las sombras bajo sus ojos con un
quitaojeras que roba a su mujer. Lee las noticias en su tablet mientras añora
los viejos tiempos de los periódicos en papel, cuando después del desayuno, y
tras su diaria defecación, se limpiaba el trasero con las páginas de las
miserias cotidianas y se libraba de ellas con un simple gesto: tirar de la
cadena. Ahora sale de casa y las miserias —el paro, las protestas juveniles de
los estudiantes sin futuro, las seniles de los jubilados, las exigencias de los
políticos europeos de caninos vampíricos— siguen agazapadas en su tablet y si
enciende la radio del coche también zumban en la voz de ese locutor que pincha
con su aguijón afilado. Claro que puede cambiar de emisora y escuchar las
alabanzas de sus amigos que le invitan a seguir por el buen camino, ese que
lleva sin rodeos a la bonanza de los paraísos fiscales y las benditas
corruptelas, con un final feliz en el que todos ellos comen perdices. Pero los
jóvenes están otra vez ahí, interrumpiendo el tráfico en la avenida, y también
los viejos con bastones alzados, y las palomas salen volando de estampida y se
le cagan en el parabrisas sin que lleve la puñetera escopeta… Añora tanto los
viejos tiempos, que dicta leyes que retornan al pasado y solo así se siente
seguro y en paz cuando vuelve a casa y se calza las zapatillas, aunque sus
ojeras vuelvan a asomar.
* * *
Un año más, los relatos indignados inundan la red en primavera en
11 comentarios:
La imagen de limpiarse la mierda con miserias ajenas no tiene precio, Puri.
Besos de alambradas
Lo malo de estos momentos es que pareciera que cualquier tiempo pasado y cualquier tiempo futuro siempre son peores. Por lo menos el futuro está todavía por hacer.
Abrazos en el alambre.
Anita, es que solo los miserables y sinvergüenzas son capaces de hacerlo.
Miguel, el futuro pinta negro, pero siempre queda la esperanza y nuestra lucha por torcer ese futuro. Y el pasado al que quiere volver era muy gris y rancio, y cada vez que hacen algo nos llevan hacia él.
Apología de la desvergüenza diría yo. Nos vemos mañana, Puri!! besotes adelantados
A ese tipo solo le falta rezar mientras se limpia con las miseras ajenas.
Una imagen que vale por todo.
Muy bueno, Puri
Las ojeras Puri, a veces no se pueden disimular ni con maquillaje. Ade,ás el espejo, nos recuerda la mala conciencia. Muy bueno tu micro. Felicidades.
Besicos muchos.
Puri, hablemos bajito, no vaya a molestarse el señor ministro.
Muy certero tu microrrelato indignado, y por desgracia, nada alejado de la realidad.
Un abrazo fuerte.
Hay algunos que ni se ven las ojeras, ni ven.
Así en general.
Y tan contentos los muy....
Huy, perdón, que me enciendo.
Es que en su prepotencia han llegado al cinismo éstos tipejos.
Hay que devolver la misma moneda.
En México hubo un momento en los años 80 y tantos en que todo el mundo dejó de pagarle a los bancos, como resultado el gobierno los expropió y después al devolvérselos perdonaron la deuda. Y borrón y cuenta nueva.
Le llamaron la cultura del impago.
Funcionó.
Sin duda debe ser así, ese cortijo de es su España, ese queremos llevar a la esclavitud, el estado natural de los siervos. Viven en una realidad paralela. Podemos.
Ximens, lo malo es que quieren que traguemos con su España y no les vamos a dejar. Un abrazo indignado
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