He
terminado de leer el último Manolito, de Elvira Lindo, Mejor Manolo, como dice
él. He vuelto a disfrutar de la voz continua de este niño charlatán que cuenta
(no narra, cuenta) las peripecias de su familia con ese humor tan peculiar y
tan actualizado en este libro, en estos tiempos de crisis, en los que, como en la novela, los
abuelos viven con la familia porque sin su pensión no podrían llegar a fin de
mes. He vuelto a esa familia donde todos se quieren pero nadie se lo dice al
que tiene al lado, excepto quizá el abuelo, con quien Manolito tiene una unión
especial...
Lo
único que echo en falta es que me había hecho unas expectativas diferentes con
este libro: después de oír en la radio, leer en prensa que Manolito había
crecido y se había hecho adolescente, me he encontrado casi con el Manolito de
siempre... Porque en una buena parte del libro vuelve, como dice él, al
principio de los tiempos, al tiempo en que solo existían él y el Imbécil...
Esperaba encontrar un Manolo más mayor, un Manolo que hubiera cambiado la voz (no la literaria, sino la
física), que hubiera dado un estirón, un Manolo más adolescente, en suma.
Todavía sigue siendo ese niño que siente celos de su hermano pequeño, aunque ahora le
da pena ese hermano pequeño que a su vez tiene celos de su nueva hermanita, Chirly, con la sabiduría que da el haber sufrido en las propias carnes la
experiencia. En eso sí que ha cambiado, y ha crecido: se ha hecho más
consciente, más responsable de su abuelo, por ejemplo, y también de sus
hermanos. Pero yo esperaba un Manolito que fuera al instituto, y veo que Elvira
Lindo sigue encontrándose más a gusto con ese Manolo del último curso de
primaria, el mayor... de los pequeños.
Conocí
a Manolito cuando ya era adulta y disfruté siempre de sus historias, como una
niña, porque los mayores reconocemos esas situaciones y nos tronchamos también con ese niño genial que nunca calla; he pasado muy buenos ratos con sus historias y sé que ha conseguido que muchos
chicos que no podían ver un libro ni de lejos se tragaran sus libros de un
tirón, gracias a esa cercanía tan actual del personaje, a esa charla coloquial
que parece que nos esté hablando de tú a tú (creo que en los primeros libros
Manolito todavía daba más esa sensación de charlatán, tenía un lenguaje
desbordante), siempre tengo la sensación cuando leo a Manolito de que lo estoy
escuchando; además ha creado un lenguaje propio, con giros personales (quién no ha dicho nunca eso del mundo
mundial, que Manolito reivindica en la introducción del libro como una frase que él acuñó y de la que
todos nos hemos apropiado, sin que cobre copy right alguno). Le doy las gracias a
Elvira Lindo por crear a este personaje que nos acerca al mundo de los niños,
de los celos, de las familias corrientes y con pocos recursos económicos, a esa visión desde los ojos de
hermano mayor siempre dejado de lado, con humor (del de partirse de risa) y con
cariño. Con ese humor fuera de lo políticamente correcto, que no gusta a los directores de escuela... Aunque en realidad como dice Manolito, esa señora escritora lo único que hace es escribir lo que Manolito le cuenta...Y de eso, él solo va a sacar un ordenador, mientras que ella se está forrando, jeje.
A los
que no conocen a Manolo, que empiecen a leerlo desde su primer libro,
Manolito Gafotas, no tiene desperdicio, son libros para grandes y chicos.
A los
que fuisteis sus seguidores, volved a
reencontraros con él, eso sí, llamadlo ahora mejor Manolo... Se lo merece.
Por supuesto, el libro cuenta con las divertidas ilustraciones del gran Emilio Uberuaga
Mejor
Manolo, de Elvira Lindo
Otros
libros dela serie:
Manolito
Gafotas
Pobre
Manolito
¡Como
molo!
Los
trapos sucios
Manolito
on the road
Yo y el
Imbécil
Manolito
tiene un secreto
Y la de su autora,
Elvira Lindo, que no solo escribe para chicos, no podéis perderos
Lo que me queda por vivir, por ejemplo, un libro lleno de recuerdos y de sentimientos. ¿Quién le habrá contado esta historia a Elvira, quién?