No puedo evitar mirar de reojo la puerta de su apartamento. Sé que ella está dentro, pero que jamás podré volver a verla. Sin embargo, ahí sigue su ojo azul, vigilándome desde la mirilla.
Hace tres noches que ese ojo me persigue, cuando vuelvo a mi apartamento, puerta con puerta con el de ella. Tres noches que esa canica blanca y azul no me deja dormir. Debería haberle clavado el puñal también en los ojos, para acabar con ella para siempre.
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Esta es la versión modificada del micro que envíe para ReC del 16 de Octubre. En realidad la frase de inicio era "No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento" pero prefiero esta versión en primera persona.