jueves, 15 de mayo de 2014

Primavera de relatos indignados 2014




Cada mañana, nuestro pulcro ministro disimula las sombras bajo sus ojos con un quitaojeras que roba a su mujer. Lee las noticias en su tablet mientras añora los viejos tiempos de los periódicos en papel, cuando después del desayuno, y tras su diaria defecación, se limpiaba el trasero con las páginas de las miserias cotidianas y se libraba de ellas con un simple gesto: tirar de la cadena. Ahora sale de casa y las miserias —el paro, las protestas juveniles de los estudiantes sin futuro, las seniles de los jubilados, las exigencias de los políticos europeos de caninos vampíricos— siguen agazapadas en su tablet y si enciende la radio del coche también zumban en la voz de ese locutor que pincha con su aguijón afilado. Claro que puede cambiar de emisora y escuchar las alabanzas de sus amigos que le invitan a seguir por el buen camino, ese que lleva sin rodeos a la bonanza de los paraísos fiscales y las benditas corruptelas, con un final feliz en el que todos ellos comen perdices. Pero los jóvenes están otra vez ahí, interrumpiendo el tráfico en la avenida, y también los viejos con bastones alzados, y las palomas salen volando de estampida y se le cagan en el parabrisas sin que lleve la puñetera escopeta… Añora tanto los viejos tiempos, que dicta leyes que retornan al pasado y solo así se siente seguro y en paz cuando vuelve a casa y se calza las zapatillas, aunque sus ojeras vuelvan a asomar.


* * *
Un año más, los relatos indignados inundan la red en primavera en

11 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

La imagen de limpiarse la mierda con miserias ajenas no tiene precio, Puri.
Besos de alambradas

arktos-temis dijo...

Lo malo de estos momentos es que pareciera que cualquier tiempo pasado y cualquier tiempo futuro siempre son peores. Por lo menos el futuro está todavía por hacer.

Abrazos en el alambre.

puri.menaya dijo...

Anita, es que solo los miserables y sinvergüenzas son capaces de hacerlo.

Miguel, el futuro pinta negro, pero siempre queda la esperanza y nuestra lucha por torcer ese futuro. Y el pasado al que quiere volver era muy gris y rancio, y cada vez que hacen algo nos llevan hacia él.

Ana dijo...

Apología de la desvergüenza diría yo. Nos vemos mañana, Puri!! besotes adelantados

Anónimo dijo...

A ese tipo solo le falta rezar mientras se limpia con las miseras ajenas.

Una imagen que vale por todo.

Muy bueno, Puri

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Las ojeras Puri, a veces no se pueden disimular ni con maquillaje. Ade,ás el espejo, nos recuerda la mala conciencia. Muy bueno tu micro. Felicidades.
Besicos muchos.

Nicolás Jarque dijo...

Puri, hablemos bajito, no vaya a molestarse el señor ministro.

Muy certero tu microrrelato indignado, y por desgracia, nada alejado de la realidad.

Un abrazo fuerte.

Luisa Hurtado González dijo...

Hay algunos que ni se ven las ojeras, ni ven.
Así en general.
Y tan contentos los muy....
Huy, perdón, que me enciendo.

Unknown dijo...

Es que en su prepotencia han llegado al cinismo éstos tipejos.
Hay que devolver la misma moneda.
En México hubo un momento en los años 80 y tantos en que todo el mundo dejó de pagarle a los bancos, como resultado el gobierno los expropió y después al devolvérselos perdonaron la deuda. Y borrón y cuenta nueva.
Le llamaron la cultura del impago.
Funcionó.

Javier Ximens dijo...

Sin duda debe ser así, ese cortijo de es su España, ese queremos llevar a la esclavitud, el estado natural de los siervos. Viven en una realidad paralela. Podemos.

puri.menaya dijo...

Ximens, lo malo es que quieren que traguemos con su España y no les vamos a dejar. Un abrazo indignado