"Hoy es el día en que sale de casa un hombre que tiene tantas narices como días le quedan al año".
En la noche de San Silvestre, las brujas celebran su aquelarre de fin de año. Es la última noche y en vez de ponerse melancólicas, saben que es el momento de apreciar lo que tienen. Las brujas comen y beben y cantan y bailan y ríen y recitan conjuros mágicos en un brindis secreto con su persona amada. A esta bruja nunca le gustó comer uvas en fin de año, prefería los piñones, pero a regañadientes masticaré la tradición y procuraré no atragantarme.
Que las doce campanadas nos traigan doce deseos de amor, de paz y de felicidad. Y que le demos un respiro al planeta consumiendo menos y ahorrando más.
Mañana estrenaremos el año 2008. Que sea como estrenar un traje nuevo lleno de ilusión, un traje de muchos colores que nos quite el polvo de la rutina. Y que esa ilusión nos dure para llevar a cabo nuestros proyectos. Yo espero encontrar alguna historia nueva en los bolsillos de ese traje.