jueves, 29 de mayo de 2014

Crónica de la IV Microquedada, Barberá del Vallés-Barcelona

Sábado, 17 de mayo, 2014
Con el habitual retraso que me caracteriza, os dejo mi crónica de aquel intenso día entre microrrelatistas... 
Llego tarde, llego tarde, decía el conejo corriendo con el reloj en la mano....

La llegada a Barberá de un grupo de microrrelatistas, foto de Ximens, mejor dicho, cámara de Ximens y foto de Antonio, el marido de Mar Horno 

Una ola de microrrelatistas tomó Barberá del Vallés el sábado 17 de mayo. Alrededor de la biblioteca Esteve Palucie, la emoción de los primeros encuentros y reencuentros se materializó en abrazos, besos y conversaciones animadas. De la mano de Guri y siguiendo las huellas del dinosaurio, los cuentistas alcanzaron las estanterías de la biblioteca donde reposan los libros de microrrelatos y se lanzaron ávidamente sobre sus páginas, entusiasmados de disfrutar de aquel tesoro.

Mar Horno atrapa al dinosaurio
Inés Andrés Suárez, catedrática de literatura y antóloga del libro “Antología del microrrelato español, 1906-2011” no pudo acudir a su conferencia programada, debido a una huelga de controladores aéreos, pero en su lugar, Ginés Cutilas estaba esperando a los microrrelatistas en la sala de conferencias, donde había escondido en el armario a su koala. El pobre Ginés había perdido la voz, pero encontró a un perfecto secretario, Xesc López, que prestó sus cuervas vocales para la lectura de micros y decálogos de escritores. A pesar de sus dificultades, Ginés nos deleitó con sus micros llevados al cine, pudimos ver el paso de la palabra a la imagen en dos cortometrajes: “Un Koala en el armario” —de elaboración propia de Ginés Cutillas— y “Once metros”. El tercer microrrelato “Falsas notas” pudimos escucharlo en la voz de Xesc, pero el corto inédito que habían realizado a partir de él un equipo de producción griego se obstinó en permanecer oculto, con la colaboración inestimable del ordenador (la informática puñetera siempre haciendo de las suyas).
Ginés Cutillas y su secretario Xesc López

 También hubo lectura de microrrelatos a cargo de dos microrrelatistas veteranos, Antonio Beneyto y Albert Tugues, participantes en la anteriormente nombrada antología del microrrelato. Antes de la lectura, Beneytos se explayó en relatarnos su vida y milagros (y eso que, en sus propias palabras, él, era escritor y no se le daba demasiado bien hablar…), especialmente incidiendo en el carácter minoritario de su escritura, de lo que estaba más que orgulloso. Seguramente, un poco de humildad y brevedad hubiera caído mejor en la audiencia, pero no olvidaremos sus relatos, tremendos, impactantes. Albert Tugues, por el contrario, leyó sus micros quizá con demasiada discreción y pudor. Contraste de caracteres, desde luego. Sus micros también fueron de maestro relatista. Él mismo dijo sentirse como un cantaor flamenco, dado que le habían preparado asiento para la lectura en un par de sillas frente al micrófono, lo cual le daba un aire rematadamente folcklórico.

Albert Tugues

Para terminar el acto, tras la lectura y comentario por parte de Ginés Cutillas de decálogos de Horacio Quiroga, Gabriel García Márquez, Augusto Monterroso, Andrés Neumann y del propio Ginés, este último propuso un debate sobre la necesidad de reglas en la literatura o si debíamos considerarla totalmente libre. En realidad, los decálogos tienen mucha parte de ironía, una buena dosis de experiencia y un resumen de lo que le funciona a un escritor cuando se sienta ante la página en blanco (o ante la página por corregir y recorregir). Las reglas a mi entender no pueden limitar el arte, pueden servir de guía, pero sin libertad no habría evolución en la literatura ni en ningún arte, ni existiría un estilo propio de cada escritor. Utilicemos las reglas como orientación, utilicémoslas para saltárnoslas, creemos nuestras reglas personales. Si establecemos y aplicamos rígidas reglas podemos crear un robot que escriba historias presumiblemente perfectas, ya existen editores informáticos de este tipo. Pero como a todo robot, les faltará alma. Con lo fácil que me ha sido escribir esto, y allí no abrí la boca… No hubo demasiada participación en el debate, aunque se planteó también la necesidad de la formación de los escritores, si son o no necesarios los cursos, la importancia de los principios en los relatos (contrariando a García Marquez) y también la importancia de los títulos en los microrrelatos… Tampoco el tiempo dio para mucho más, ya era la hora de comer…

La comida se celebró en el centro cívico de Barberá del Vallés, promovida por el ayuntamiento; la concejala de cultura estuvo presente en todos los actos del día. Ensalada, butifarrada y crema catalana nadando en caramelo…
Nuestra mesa, foto de la fotógrafa de Raquel Lozano

Compartí comida y charla sobre todo con mis amigos hacia la derecha: Jesús Esnaola, Ginés Cutillas, Susana Camps y Marta López, a quien me encantó poder conocer un poquito más, pues no había coincidido en otras ocasiones con ella. Volvimos a charlar sobre literatura, sobre la ayuda de una formación para el escritor, pero que nadie crea que un curso de escritura creativa da como resultado a un escritor: un buen profesor, un buen curso, nos proporcionarán las herramientas y una cierta práctica para manejarlas, pero después de eso hay que poner algo más. Quizá la gente piense que como todos aprendemos a escribir, no hace falta un cursillo, aunque escribir bien no lo hace cualquiera. Como resumen, la pregunta clave la dejó en el aire Ginés Cutillas: “¿Cuántos escritores de novela malos conocéis? ¿Y a cuántos escritores de microrrelatos malos conocéis?”. Es cierto, quizá cualquiera nos atrevemos a escribir un microrrelato…

A mi izquierda, hice menos caso a mis amigas Ana Martínez, Mei Morán, Laura Garrido y Marina de la Fuente, ¡pero es que no se puede estar a todo!
Laura Garrido y Mei Morán
Mei Morán sabe muy bien la solución a esta adivinanza:
“¿En qué se parece una camiseta a una libreta?”

¡En que las dos se han llevado montones de besos!


Mei, en cuanto me vio, sacó su libreta del bolso, arrancó la primera página que había escrito y ¡me la regaló! Ahora tengo en mi casa a estas primas hermanas: la una en mi armario y la otra en mi bolso, y cuando se juntan, sonríen seductoras con muchas boquitas pintadas. Lo que no sabe Mei es que colecciono libretas bonitas, y que, como toda escritora, llevo una en el bolso para anotar todo eso que pasa por mi cabeza en cualquier momento del día. Esta libreta nueva la guardo para mi diario de viaje de este verano.
Y es que siempre que vengo a Barberá alguien me regala una libreta, si no que se lo digan a Mónica Sempere, que también me obsequió el septiembre pasado con otra libreta (que ya he terminado de cabo a rabo) con una ilustración preciosa de su librería Diarium.

Leyendo mi caja de Pandora, foto de Jams
Con Xesc como maestro de ceremonias —y es que este chico vale para todo—, comenzó la lectura de los micros tuneados, esa tradición tan bonita de las microquedadas, en la que cada uno trae un micro “tuneado”, es decir puesto en bonito y original, hecho con todo el cariño y con nuestras manitas, para regalarlo a otro micorrrelatista. Llevas un micro tuneado, se ponen todos en una mesa, se les asigna un numerito, metes la mano en una bolsa, sacas tu numerito y te llevas el micro que te toca. Previamente al sorteo, cada uno nos leyó su micro, con más o menos nervios. Cabe destacar la actuación de Laura Garrido, que nos hipnotizó desplegando su micro como un ilusionista mientras nos narraba la historia de un valle y un poeta.

Yo llevé una caja de Pandora con un contenido muy especial, que se marchó con la simpática Eva García,  y me traje otra caja, “Solo amigos”, de Manuel Rebollar Barro, con esa fusión entre las palabras y la imagen adecuada que caracterizan sus intervalos. Hubo tuneados para todos los gustos, de todos los colores, de muchos olores y donde las palabras eran siempre las protagonistas.

Mi caja de Pandora, para abrirla y leer su contenido, pincha en la foto

"Solo amigos", de Manuel Rebollar, para ver su tuneado, pincha en la foto.

Tras la comida, corrimos al otro rincón del microrrelato de Barberá, la microlibrería Diarium, de Fernando Martínez y Mónica Sempere. Y es que el dinosaurio ha ido dejando en esta población sus huellas firmemente marcadas. En este espacio se amalgaman armoniosamente las revistas, con los micros, con los libros infantiles, con los carteles de Mónica y Fernando, con los talleres de comic y de microrrelatos, con las fotografías, con el arte en general. Allí nos dieron a conocer sus libros Mar Horno y Pedro SánchezNegreira, presentados por Mónica Sempere y Javier Ximens, con lectura de micros de sus respectivos libros “Precipicios Habitados” y “Verde como el hielo”, en la que participó también Elysa Brioa. En este acogedor espacio escuchamos sus micros, volvimos a charlar con amigos, por fin acudió Pedro Herrero que no había podido venir antes por una comunión —vamos a tener que elegir otro mes para las microquedadas, mayo tiene demasiados compromisos familiares—, conocí a Carles Quilez, con Iván Teruel tuve una interesante conversación sobre la dificultad de escribir una novela, conseguí mi ejemplar de “Precipicios Habitados” de Mar Horno (con dedictoria, claro), “Verde como el Hielo” ya me lo había firmado por la mañana el gran Pedro; saludé y conocí brevemente a Miguel Jiménez Salvador —qué lástima no haber hablado más contigo, Miguel—….

El tiempo pasó deprisa deprisa, y a las siete y media corrimos a coger el autobús que nos llevaría al acto final de la microquedada: la presentación del libro colectivo “Despojos del ReC”, en Barcelona, en cervezas Moritz —patrocinadores también de este proyecto—. En el autobús, charleta sobre libros leídos con Marina de la Fuente, Ana Martínez Blanco y Mei Morán, ahí tuvimos de todo desde el clásico "Nada" de Carmen Laforet, pasando por best sellers como "El tiempo entre costuras", "Juego de tronos", y también los cuentos de Javier Tomeo... y muchos más que no me acuerdo.

Antes de entrar en Cervezas Moritz, con ganas de ver un sueño hecho realidad. Foto de Ana Fuster

El ibro de "Despojos del ReC" debe su publicación a Fernando Martínez, que ha sacado adelante el sueño de un montón de participantes en el concurso semanal de cadena ser “Relatos en cadena”, que semana tras semana dejaban sus palabras en un cesto que se perdía en la nada. Fernando propuso que nos despojáramos de cinco de nuestros relatos enviados a concurso que no hubieran sido seleccionados, y por votación de los participantes en este proyecto elegiríamos los tres mejores relatos de cada uno. A través de Facebook se fue gestando este sueño, leyendo y votando nuestros relatos semanalmente. Como resultado, este maravilloso dinosaurio relleno de despojos de setenta autores, ilustrado por otros setenta ilustradores que consiguió convocar también Fernando.

Fernando Martínez presenta Despojos del Rec

Una gran emoción asistir a la presentación en sociedad de este libro en el que muchos de los presentes habíamos dejado nuestras letras. Fernando Martínez presentó el libro con la humildad de quien solo pasaba por allí, cuando ha sido el motor inicial y el que ha llevado hasta el final el logro de este libro que suma tantas ilusiones individuales. Pero es cierto que en él han colaborado muchas personas sin las que no hubiera sido posible esta publicación como Rubén Rojas Yedra, nuestro corrector de estilo, y todos los que aportaron su mecenazgo a que este sueño se convirtiera en realidad.

Descubrimos la faceta de actor de Pedro Herrero

Apareció también en escena PedroHerrero, un auténtico showman, ¡este hombre sube al escenario y se transforma! Habló con la calavera como un auténtico Hamlet, encarnó a otros Hamlets más actuales y nos deleitó con un pupurri de versos encadenados de grandes poetas: Espronceda, Machado, Becquer y tantos otros…

Por último, el plato fuerte del acto: “Despojadas”, la obra de teatro de Miguel Ángel Flores, escrita especialmente para la ocasión e interpretada por María Lesmes y Julia Mora. Las dos actrices dan vida a dos mujeres en camisón, a punto de echarse a la cama, en ese momento de la noche que invita a las confidencias y cotilleos. En esas confidencias nos van contando: “Me dijo Fulanito…” y ese Fulanito es el autor del micro que cuentan a continuación, incluido en el libro despojos del Rec. La obra enlaza perfectamente unos micros con otros y la interpretación de María Lesmes y Julia mora fue magistral.
Las dos Despojadas, fotos de Pedro Rovira




Probamos la cerveza Moritz —qué buena, buenísima— y todo se precipitó de repente porque había que cenar, los que se habían apuntado a la cena en este mismo recinto de cervezas Moritz desaparecieron rumbo al comedor y siento no haberme despedido de muchos de ellos, pues mi idea era reunirme después de cenar, pero al final me pudo el cansancio y me retiré con la familia a dormir. Otros también cenaron por los alrededores y luego se juntaron para la coctelera final.

Como no pude despedirme de vosotros con besos y abrazos de verdad, allá van ahora mis besos y abrazos virtuales, que no por falta de materia son menos sentidos. Y un enorme brindis por todos los que no pudisteis venir, pero que estuvisteis en nuestros corazones.

***
Una completa crónica tenéis en Internacional Microcuentista, de la mano de Laura Garrido, que ha efectuado un resumen completísimo de la jornada, aunque seguramente ya la habréis leído.





14 comentarios:

Javier Ximens dijo...

Me has hecho revivir el fin de semana, que bien contado y deseando que podamos tener más tiempo para conocernos. ¿La próxima en Zaragoza?

puri.menaya dijo...

No estaría mal la próxima en Zaragoza, Ximens, a ver si los maños nos organizamos. Pero antes de eso, ya sabes que si pasáis por aquí, nos vemos, ¿eh?
Besos para ti y para tu esposísima (que ahora no me acuerdo... como se llama... miles de sorrys)

Susana Revuelta dijo...

Puri, un placer haberte saludado, la próxima vez ¡quiero más! No recuerdo dónde leí acerca de una máquina que componía relatos, como si fuera una receta, solo introduciendo los ingredientes. Te doy la razón con que cada escritor tiene sus fórmulas y elige o filtra las pautas que más le sugieren de otros autores, adaptándolas a su estilo.
Estuve muy a gusto todo el tiempo con todos vosotros: a Eva García la tenía muchas ganas de conocer. Y a Miguel Jiménez, Ponfiel, Ana Fuster, Isabel, Marta… Fran, con quien compartí viaje en el bus. Davideles, con los que atravesé varios barrios de Barcelona (menos mal que no hay cuestas) cargando con los libros, hasta llegar a “Basic”. No voy a dar toda la lista porque me dejaría a muchos fuera, que mi memoria no es de lo mejor…
Especialmente sí quiero agradecer a Fernando, Pedro, Miguelángel, Mónica, Xesc, y sigo olvidándome de alguno, por su esfuerzo en coordinar y ofrecernos lo mejor en esta jornada inolvidable.
Y felicitar a Pedro y Mar por sus relatos editados, por supuesto.
Y a todos los que no he mencionado, perdonadme y gracias por ese día tan especial.

puri.menaya dijo...

Susana, encantada de haberte conocido, ahora me acuerdo que no he contado ese momento en que nos encontramos, ambas admirando la mesa de los micros tuneados... Me he dejado a muchos de vosotros, pero todos estáis en esta crónica aunque no veáis vuestros nombres. Una lástima no haber podido charlar contigo, a la próxima más, claro que sí. Besazos

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¡Qué crónica fantástica, Puri! No se te ha quedado nada en el tintero.

Yo también siento que no nos pudiéramos despedir con dos besos; por lo que al volver a vernos nos debemos cuatro.

Un abrazo grande.

puri.menaya dijo...

Pedro, la próxima vez cuatro besos por lo menos ;). Otro momento especial de aquel día: cuando me diste el ejemplar dedicado de "Verde como el hielo".

Javier Ximens dijo...

Saly para los amigos.

Paz Monserrat Revillo dijo...

¡Bravo, cronista!

Xesc dijo...

Gracias Purificación, gracias Susana, gracias a todos.

Abrazos

Rosa dijo...

Un auténtico gustazo verte Puri. Y a
tus retoños ;)

Besazos desde el aire

Francisco Manuel Marcos Roldán dijo...

Perfecto. Has hecho lo que yo no he podido hacer. A mí especialmente me supo a poco, y me hubiese gustado poder hablar más largamente con algunos de vosotros. A ti Puri, te tengo especial cariño, y admiración. De muchos de vosotros no me despedí al subir al autocar en dirección a Moritz,terminé hablando con Laura y Luisa, casi la últimas que subieron al bus. El resto cogisteis el asiento que os llevaría a seguir disfrutando de una estupenda velada. Gracias por esos y estos momentos. Un placer.

puri.menaya dijo...

Gracias Paz y Xesc y Rosa, que casi no hablamos...

Francisco, siempre sabe a poco, aunque contigo sí que pude charlar, menos mal, no me hubiera gustado irme sin hacerlo. Besos gordos para tus chicos y que las brujas te iluminen para escribir esos cuentos para ellos.

Petra Acero dijo...

Puri, casi, casi como si hubiera estado allí... Muchas gracias por tu crónica.
Un besazo, aunque sea a través de la pantalla.

puri.menaya dijo...

Petra, me hubiera gustado darte un buen abrazo allí, otra vez será. Besotes