Tomar el sol. Sentir su calor. Depués de un baño en el mar.
Tumbarse sobre la toalla.
Con la respiración levemente agitada por el esfuerzo de nadar.
Escuchando las olas que rompen en la orilla.
La arena que se pega a tus pies mojados, a tus piernas, a los dedos de tus manos.
El sol en tus ojos, en tu cuerpo, el sol lamiendo las gotas, sediento de agua de mar…
El sol que calienta tu cuerpo mojado como una caricia.
El frescor y el calor. Simultáneos. Para luego desaparecer el frescor y quedar solo el calor.
El sol que te muerde con su calor.
Y volverse a bañar entre las olas jugando con las olas.
El sol, amante de verano. Y el mar, su refresco apasionado.
8 comentarios:
Uhmmm, sensual y cálido.
Espero tu mail.
Perfectamente descrito.
Yo cuando salgo del mar, tengo que secarme, por la sal. No la soporto en el cuerpo. Por lo demás, amo la playa.
Besos, Puri.
Muy bonito. A mi, nunca me ha gustado tumbarme sobre la toalla a tomar el sol, pero después de leer tu relato estoy deseando hacerlo. …¿Quién se resiste a recibir una caricia?.
Gracias a todos. A mí tomar el sol me gusta justito ese instante después de bañarse, en el que no sientes demasiado calor... En cuanto aprieta el calor hay que irse a bañar o a pasear... EL mar es una maravilla.
Besos
Hola Puri, pasaba a saludarte, y ver tu trabajo. Que textos tan agradables de leer, me gustan mucho.
Muchas gracias por tus comentarios tambien, es todo un alago :)
un saludo
Gracias Elisa, me encanta verte por aquí. Besos
Genial tu cuento corto... felicicatinos y me alegraste el alma.
gracias por tu comentario, anónimo, vuelve por aquí cunado quieras
Publicar un comentario