Mi mesa de escritora, miniatura de mi hijo Pedro |
Estoy escribiendo un libro de
relatos. Generalmente cuando escribo un relato, lo empiezo, lo desarrollo y lo
termino. Luego vienen los retoques y correcciones, que se pueden dejar para más
adelante, mientras escribo entre medio alguna otra historia, pero el cuento
está cerrado, no admite cambios fundamentales. Sin embargo esta vez es
diferente. Cinco, ahora ya seis relatos diferentes pululan por mi cabeza al mismo
tiempo; el primero generó el segundo, el segundo el final del tercero, que dejó
a su vez empezado el cuarto y sin terminar ni el primero ni el segundo ni el
tercero, y así he llegado hasta un quinto y un sexto cuentos corriendo a la vez
hacia distintas metas. Son historias diferentes, sin nexo de comunicación entre
ellas, aunque, por poner un ejemplo, el perro de una se acerca a olisquear al
vagabundo de otra y promete convertirse en su compañero fiel, abandonando ese
apartamento de soltera donde le cuidan tan bien… Y el proceso se está haciendo
imparable… Las historias se inclinan hacia el mestizaje de unas con otras con
una voluntad propia que soy incapaz de detener. He tratado de ordenar los
cuentos uno sobre otro, como los pisos de un edificio, para proporcionarles una
estructura más firme y aislarlos convenientemente entre cuatro paredes, techo y
suelo que limiten y resguarden la intimidad de cada hogar, pero los personajes
se empecinan en interactuar unos con otros, coinciden casualmente en el ascensor,
o bajan por la escalera, llaman a la puerta de sus vecinos y entran en sus casas con excusa de pedir sal,
o se cuelan con descaro por la ventana, o se filtran como fantasmas por las
paredes… Esta comunidad de vecinos está adquiriendo una concupiscencia
peligrosa y empieza a parecerse más a una comuna con la consigna del amor libre
que a una ordenada comunidad con el lema de “cada uno en su casa y dios en la
de todos”…. Temo que todo esto termine
convirtiéndose en una novela. Y cuando digo temo
es porque me da miedo de verdad.
10 comentarios:
¡Bendito temor, Puri!
Da gusto leer sobre una creatividad tan desbocada. Aliméntala, cuídala, enamórala y no dejes que se marche.
Un abrazo,
Por ahora mis relatos todavía no aspiran a convertirse en novelas... Sí que se están desbocando todos a la vez, pero permanecen en compartimentos separados con ciertos aspectos comunes que los unen. Abrazos, Pedro.
Interesante el peligro que te amenaza Puri, no controles esa creatividad, dale alas, igual en cualqier momento te ves planeando sobre mares infinitos y con tu novela en la mano.
Besos. Me encanta leerte. Me alegra mucho haberte encontrado.
Pues ¡adelante con los faroles!! y que el camino llegue a buen puerto, aunque eso con tus letras está asegurado. oye, me ha encantado tu mesa jeje
bsts
A mí me pasa lo contrario: me encantaría que mis relatos y sus personajes se enhebrasen unos en otros y sin embargo se esfuerzan en asilarse en su mundo de pocos centenares de palabras.
Buena suerte y ya darás más detalles del libro.
Yashira, tengo la cratividad demasiado descontrolada, a ver si la centro en algo concreto, que a veces me disperso mucho. Yo le hecho la culpa al facebook ese que nos ha vuelto multi tarea...
Puck, sigo adelante, pero me he marcado un farol, de novela nada... Pero un librito de relatos largos ando hilvanando.
Fernando, tú eres un mago de lo breve, aunque a tu hijita no le guste... Cuando escribía esto se me ocurría que estaría bien un libro de relatos que se mezclaran unos con otros... Pero no me da para tanto todavía. Si te refieres al libro con Alejandra, atentos al día 13 que publicaremos más detalles.
Elena. Enhorabuena por los momentos que estás viviendo: premios, reconocimiento y redición del libro. Creo que eso es la felicidad, esos instantes. Disfrútalo. De tu relato me gusta la sencillez y facilidad de lectura, como casi todo lo tuyo.
Qué bonito lo que narras. Efectivamente, tiene la pinta de terminar en novela. ¿Miedo?, mejor, lo malo es cuando se va de sobrado. Me alegro (y te envidio) por ese flujo. Disfrútalo y si termina en cuentos o novela que sea al lector quién lo determine.
Gracias Ximens, por ahora no hay premios, solo alguna una publicación.
A ver si consigo llevar a buen puerto unos cuantos relatos. Abrazos
Es hermoso ese momento de arte y creación, seguramente a esta altura le habrás encontrado la vuelta. Mejor eso, mucho mejor, que la famosa página en blanco que deja atónito a más de uno.
Rocío, se me están atascando un poco, pero creo que si dejo respirar un poco los relatos, la cosa saldrá. Besos
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