El duende pasó aquellos cien años recogiendo las legañas de los niños para hacer polvos para dormir.
Cuando el príncipe besó a la bella durmiente, el duende le echó los polvos de legañas en los ojos y en el mismo instante en que ella despertó, él se desplomó con un bostezo a su lado.
Cuando el príncipe besó a la bella durmiente, el duende le echó los polvos de legañas en los ojos y en el mismo instante en que ella despertó, él se desplomó con un bostezo a su lado.
3 comentarios:
Este final de "La Bella durmiente" me parece mucho mejor. Además, habría que añadirle que la Bella una vez despierta ni se dio cuenta que el príncipe había sido hechizado y sin prestarle la más mínima atención salió corriendo a intentar recuperar el tiempo perdido.
Tienes razón Javier, el príncipe solo le hacía falta para despertar, así que el duende juguetón le hizo un favor. Besos
Jajaja, divertido final alternativo al cuento de la bella durmierte.
Besitos
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