domingo, 24 de noviembre de 2013

Paseo por el Botánico de Lisboa con Antonio Muñoz Molina





Ayer leí el artículo de Antonio Muñoz Molina de Babelia, sobre los Mundos botánicos. Me llevó de paseo por el Botánico de Lisboa y me acordé de cuando en esa capital, hace más de veinte años, visité con mi madre la “estufa fría”, ese gran invernadero situado más allá de la avenida de la Libertad, que tanto nos impresionó con su lujuriante vegetación tropical y ese ambiente húmedo que nos rodeaba y que nos hizo sentirnos como exploradoras en la selva. Un sentimiento muy parecido al del escritor, que terminaba el artículo con esta reflexión: “De un botánico así se salen con ganas de escribir un libro de viajes”. También pensé que me faltaba visitar ese jardín botánico del que él hablaba, pues debía de tratarse de un jardín al aire libre (aunque también tenía sus invernaderos), no como el que habíamos visto nosotras, así que lo anoté en mi cabeza como ese lugar que no puedo dejar de ver cuando regrese algún día a Lisboa (otra ciudad en mi lista de ciudades a revisitar). Después también me vino un recuerdo de Elvira Lindo, su esposa, ya que comencé a relacionar: Elvira estuvo por Zaragoza dando una charla de animación a la lectura en octubre, fui a escucharla y me encontré a la mujer que imaginaba a través de sus libros: esa niña de la que su madre decía que era la alegría de la casa y que cuando creció siguió conservando a la niña, su rebeldía, aunque a veces se tiñera de tristeza y nostalgia, pero que encaraba todo con buen humor. Decidí escribirle un correo electrónico para comentarle mis sentimientos después de la conferencia y al cabo de pocos días recibí su respuesta, que me hizo muchísima ilusión, en el que me agradecía mi carta y me enviaba “Un beso grande, ahora desde la bella Lisboa”. Por eso, ayer, cuando leía el artículo de Antonio Muñoz Molina, también pensé: Elvira me mandó un mensaje desde ahí, desde donde Antonio escribió esto y ahora él me envía otro, en el que no me dice, pero yo adivino, que paseó por ese jardín botánico de Lisboa con la alegre compañía de Elvira. Y me los imaginé allí a los dos juntos, entre los grandes árboles con sus nombres científicos y me dije: qué delicia es saborear unas palabras tan bien escritas, que te llevan no solo a donde el escritor quiere llevarte, sino a tu propia experiencia y a una entrañable conexión entre personas.

5 comentarios:

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Yo no soy objetivo. Soy Lisboeta de corazón. Pero no por ello el Jardim Botánico deja de ser como introducirte en otro mundo, una abstacción total de la realidad para entrar en un cuento sobre el Paraíso.

Laura dijo...

Hola Puri, siempre al levantarme os elijo a uno de vosotros para leer mi primer post del día. Hoy te ha tocado a ti y puedo decirte que me ha encantado tu post. Primero porque conocí a Elvira hace poquito en Madrid, gracias a que fue jurado del concurso de la Pobreza que organizó Fuentetaja. Jajá...y soy una despistada terrible para las relaciones sentimentales de los escritores, y no sabía, que ese escritor que me encanta y del que siempre leo su artículo del Babelia todos los sábados, es....su esposo!!.

Lisboa ¡tienes que ir!...allí conocí a Mar González de espaldas. Fue en la quedada de Madrid donde adivinamos que las dos habíamos visitado Lisboa en la misma fecha.

Sin duda: Lisboa es PUNTO de ENCUENTROS. Yo volveré, porque algo que me perdí, fue el Jardín.
¿Qué nuevas conexiones se establecerán en próximas visitas? ... ¡Bonita entrada Puri! me ha gustado un montón.

Besos para ti y un abrazo fuerte.

puri.menaya dijo...

Miguel Angel, yo también soy una enamorada de Lisboa, tiene un aire nostálgico muy especial, aunque supongo que en veinte años habrá cambiado.

Laura, tú siempre tan organizada para todo, hasta para las lecturas, gracias por venir, me alegro que hayas disfrutado y ¿qué te parece si nos vemos en Lisboa? jaja

puri.menaya dijo...

Laura, Antonio M.M también es uno de mis favoritos, admiro mucho su forma de escribir, tan profunda y cuidada, y al mismo tiempo con la que te puedes dejar fácilmente llevar. Son una pareja de escritores muy especial. Y qué suerte que pudieras conocer a Elvira, a mí me hubiera encantado poder charlar con ella igual que con él.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Yo la descubrí hace cuatro años. Y llevo 4 visitas.