jueves, 8 de octubre de 2015

Loca explosión


El puñetero ojo de la cerradura se ha atascado; algo ahí dentro impide girar la llave. Inquieto, recorre el cuarto vacío, cinco pasos por otros cinco de largo. Se sienta en el suelo. No sabe qué hacer con las manos, prueba otra vez con la llave, se desespera y gime, pero bajito. Si grita, vendrán a hacerle callar. Coge la dinamita y su boca esboza la sonrisa del gato de Cheshire. La enciende junto a la puerta y se acurruca en un rincón con las orejas tapadas. Las paredes acolchadas de la habitación se desmoronan, pero para su desconcierto, la maldita puerta sigue en pie.

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Para el concurso REC

2 comentarios:

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Me gusta todo lo que esconde.

puri.menaya dijo...

Gracias Miguel Ángel, esconder y mostrar, las palabras llevan a los lectores a
lugares escondidos.