Fotografía de Alberto Schommer |
Me enamoré de una mujer que tenía
un ojo en la boca: cada vez que hablaba, me veía; cada vez que me veía, hablaba.
Quería estar siempre conmigo, por eso hablaba hasta por los codos. Era tal su
obsesión que me sentía continuamente observado por esa boca que no podía
callar. La única forma de liberarme fue acabar de un tajo con todas sus
palabras. Le corté la cabeza, pero me fue imposible sacarle el ojo de la boca y
aún sigue mirándome desde esos labios que ya no me volverán a besar.
* * *
Después del verano, vuelven los viernes creativos de el bic naranja, Esta vez relatos inspirados en la fotografía de Alberto Schommer. Más relatos aquí
5 comentarios:
Ojo al parche! digo... ¡ojo al ojo! Purificación sabes que me encanta todo lo que escribes así que ahora que ya sé cómo añadirte en mis listas... ahí te pongo!
¡Un besazo!
Gracias Carmen, bienvenida por aquí, tómate una taza del chocolate de la bruja, relájate y a disfrutar. Besos!!!!
Gracias Carmen, bienvenida por aquí, tómate una taza del chocolate de la bruja, relájate y a disfrutar. Besos!!!!
Hay que ve lo que dice.
y ella ve lo que dice, Miguel Ángel, gracias por pasar y comentar!
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