Es siempre la misma pesadilla.
Empieza en blanco y negro, con banda sonora, y termina con el triunfante color
de la sangre empapando mis sábanas. No es música de suspense, sino la misma
tonadilla pegadiza y estúpida que se ha metido en mi cabeza y que no puedo
dejar de oír, ni despierto ni dormido. Lo único que ahoga esa canción es la
sangre. Por eso cuando despierto siempre hay sangre en mis camisas, en mis
manos, en mi boca, en mis cuchillos de cocina.
* * *
Este micro surgió de uno de los viernes creativos de el bic naranja de Fernando Vicente. Está inspirado en la cancioncita y el vídeo que podéis ver aquí.
5 comentarios:
Me enorgullece que mis propuestas sirvan para disparar vuestra creatividad.
De tu relato, me gusta que toda la historia se resuelve con una sola palabra: cuchillos. Enhrabuena, Puri.
Una sinfonía disparas con la imagen del sonámbulo descuartizador, quien además ha caído en un cómodo costumbrismo.
Ojalá tenga buen sentido en su limpieza de mundo y sepa elegir a quienes ya no seguirán enla película.
Inquietante
MUy impresionante tu apuesta y a la vez muy bien construida.
Besicos muchos.
Nadie le da importancia a la "canción del verano" y luego mira lo que pasa, je je.
Me gustó mucho el punto que le das a la historia Puri.
Un abrazo.
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