Las más hermosas puestas de sol las he visto en el coche, de
regreso a casa de las vacaciones. En el silencio del interior del vehículo,
admiro la grandeza de los desiertos tragados por las sombras y el abanico de
colores en el rectángulo de la ventanilla. Hay una soledad tan grande que
acongoja y al mismo tiempo una paz tan intensa que nos llena el alma de una
feliz melancolía. Termina el día y nos espera uno nuevo por delante. Un día
para estrenar, tras las sombras de la noche.
5 comentarios:
Nunca lo había visto así, Puri, por lo que he de agradecerte que hayas abierto una nueva ventana en mi vida.
Un abrazo,
Como a ti, me gustan los cielos desde la ventanilla del coche, los fotografío, son cielos en camino.
Una hermosa reflexión.
Besos desde el aire
Estoy totalmente de acuerdo con esta reflexión, así la he sentido muchas veces.
Precioso.
Besitos
Pedro, me alegro de haberte abierto ventanas. Ventanas al porvenir.
Sí, Rosa compartimos colección de puestas de sol desde el coche.
Gracias Elysa, espero que sigamos sintiéndolo muchas veces.
Y éste, sin palabras.
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