Es un rollo hacer maletas. Hacer una maleta tiene la ilusión
del viaje que vas a realizar. Hacer tres maletas se lleva la ilusión al carajo.
Que si las camisetas que si los pantalones, que si los calcetines que si las
bragas o los calzoncillos que si el neceser con todos los afeites para el
cuerpo y la cara... Siempre te dejas algo, aunque hagas una lista y trates de
seguirla al pie de la letra. Algo indispensable, además. Y sin embargo llevas
un montón de cosas que luego no utilizas. Procuras organizarlo todo. Y luego no
te acuerdas de en qué bolsillo o bolso has puesto aquello.
Buscaba yo bolsas para empacar los zapatos. Siempre que
buscas bolsas pequeñas encuentras bolsas grandes, y viceversa. Primero encontré solo pequeñas. Al fin, encontré una
bolsa llena de más bolsas de plástico en el fondo del armario y exclamé: “En esta
casa no hay más que bolsas y más bolsas”. Mi hijo sentenció con su típica voz
tenebrosa y silabeante: “Síndrome de bólgenes…”.
4 comentarios:
Puri, lo peor de los viajes como bien indicas es el tema maletas, a la ida y a la vuelta. Yo cuando viajo siempre hago un ejercicio de exageración y más que un viaje simulo una mudanza por la cantidad de objetos que me llevo.
En todo caso es un peaje que vale la pena pagar por disfrutar de unos días de asueto.
Feliz vacaciones.
Un abrazo.
Tómalo como una aventura, desde hacer las odiosas maletas hasta el deshacerlas a la vuelta. Creo que todos tenemos síndrome de bólgenes jejeje.
Besos desde el aire
Al principio sólo llevaba lo que creía que me resultaría imprescindible y acababa mis viajes jurando en aremeo y luciendo como un arameo que hubiese sobrevivido dos mil años. Luego fui padre y comencé a llevarlo todo. Lo mío, lo de la niña y lo de su madre.
Ahora recorro el camino inverso, pero cuesta más de lo que pensaba.
Un abrazo,
Me parece que ese sindrome lo tenemos muchos. Y ese rollo de hacer las maletas me gustaría practicarlo, hace tiempo que no hay manera.
Disfrutas de estos días.
Besito
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