Esta entrada debería haber salido publicada el 23 de Abril, pero ciertos problemas informáticos me lo impidieron. En fin, aunque con retraso, aquí está:
23 de Abril, San Jorge, día del libro
Ya ha llegado el día del libro. En nuestra comunidad es fiesta, pues San Jorge es el día de Aragón. Así pasamos los aragoneses este día: entre libros, dragones y caballeros. Este año no estaré por el Paseo de Independencia de Zaragoza, ni paseando para ver las novedades, ni en ningún puesto rodeada de libros firmando garabatos para mis lectores… Siempre me gusta celebrar este día entre libros, disfrutar de esa locura que le entra a la gente por ver, tocar, comprar algún libro, aunque solo sea una vez al año; por un día nos embarga la ilusión de que en este país se lee. Sabemos que no es verdad, pues al día siguiente esa borrachera de letras se le pasa a casi todo el mundo y el libro se queda decorando la estantería, esperando a un nuevo compañero hasta el siguiente 23 de abril, pero siempre nos queda el aroma delicioso de los libros sacados a la calle, atrayendo como imanes a las personas.
Ya ha llegado el día del libro. En nuestra comunidad es fiesta, pues San Jorge es el día de Aragón. Así pasamos los aragoneses este día: entre libros, dragones y caballeros. Este año no estaré por el Paseo de Independencia de Zaragoza, ni paseando para ver las novedades, ni en ningún puesto rodeada de libros firmando garabatos para mis lectores… Siempre me gusta celebrar este día entre libros, disfrutar de esa locura que le entra a la gente por ver, tocar, comprar algún libro, aunque solo sea una vez al año; por un día nos embarga la ilusión de que en este país se lee. Sabemos que no es verdad, pues al día siguiente esa borrachera de letras se le pasa a casi todo el mundo y el libro se queda decorando la estantería, esperando a un nuevo compañero hasta el siguiente 23 de abril, pero siempre nos queda el aroma delicioso de los libros sacados a la calle, atrayendo como imanes a las personas.
Este año me alejo por unos días de los libros para meterme de lleno en la naturaleza de la Serranía de Cuenca. Ya os contaré a la vuelta. Pero en nuestro equipaje no nos faltan los libros para los ratos tranquilos: Harry Potter y el prisionero de Azkaban, para leer con mi hijo Pedro, para mí, El tercer policía, de Flann O’Brien, libro extraño y de humor absurdo, como todos los del irlandés; mi hija terminará la segunda parte de La puerta Oscura, El mal, de David Lozano, y Pedro, un libro de Cousteau… Saboread esta fiesta de los libros bajo el sol de abril, y daros el gustazo de regalaros un libro.
2 comentarios:
Veo que has cambiado las hojas de los libros por otras hojas, también ha sido una buena opción. Y un merecido descanso, seguro.
Saludos
Realmente mereció la pena el viaje a Cuenca, lo puedes ver en el post siguiente. Y espero escribir alguno más.
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