Imagen de Antonio Mora |
Un hombre puede
conseguir ser un náufrago durante cien años y que la barba no le llegue hasta
los pies. Pero conquistar a una sirena requiere el valor de un marinero audaz, sordo
y ciego, la mirada de un seductor, la caricia sibilina de las algas silenciosas,
el aroma de las azucenas de mar y un fondo musical de arpas submarinas. Yo no poseía
nada de eso, y sin embargo, cuando deshilachaba las nubes del atardecer en la
playa para tejer mis poemas, una sirena se acercaba a la orilla para escucharme.
Las olas se aliaban con ella y lanzaban su espuma sobre mi cuerpo para apoderarse
de mis versos. Cuando una ola más potente me arrastró hasta ella y rocé su
espalda desnuda, encontré el tacto de mis poemas grabado sobre su piel.
* * *
El último viernes creativo huele a mar, debe ser que tenemos ganas de vacaciones, la playita... No te pierdas las otras historias sugeridas por esta imagen de Antonio Mora en el viernes creativo de ayer en el bic naranja.
7 comentarios:
Nos haces desear aún mas la playa que tanto nos gusta. Un beso
Un relato acorde con la imagen. Pura poesía.
Un abrazo, Puri.
Delicioso y lleno de poesía.
Precioso relato, todo tacto entre la espalda de la sirena, el tacto del mar y la cercanía de la lectura. Muy bueno.
Abrazos
Precioso Puri.
Abrazos.
Cuanta poesía hay en tu micro. Felicidades.
Besicos muchos.
Hermoso relato, olor a sal marina...
Abrazos desde mi mar
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