Llevaba a los niños al colegio. Algunos días
hacía la cola del paro. Enviaba curriculums, si lo llamaban, acudía a alguna
entrevista. Comía en la parroquia. Cuando cerraba el supermercado, dejaba a los
niños viendo los dibujos y estaba el primero en los contenedores de basura.
Fruta pocha, yogures caducados... Una noche encontró un spray de pintura negra.
Siempre había querido pintar. Lo dirigió
a la pared inmaculada del supermercado, donde caían las sombras de los
contenedores. Aquel fue su primer grafiti, luego llegó el resto de la serie, siempre con el
mismo tema: contenedores y rebuscadores. Ese paisaje que conocía tan bien.
* * *
Relato para el Fanzine Ruido propuesto por Ana Vidal. El tema era "Arte y austeridad", ¿puede una crisis provocar nuevos movimientos artísticos?
5 comentarios:
Sí, sin duda, es un paisaje que conoce, y probablemente cada días más personas conozcan ese mismo paisaje.
Besitos
El arte surge siempre en lo cotidiano. Me encanta que nos encontremos en Ruido de la mano de Ana.
saludillos
Sí Elysa, es vergonzoso que hayamos llegado a esto y que cualquiera pueda verse en esa situación.
Puck, yo también me alegro de que estemos juntas en el fanzine. El arte está rodeándonos, en la belleza y en la pobreza.
Besos a las dos
Buena propuesta, desde el título hasta que la pintura sea precisamente negra para pintar las sombras.
Gracias Ximens, la pintura tenía que ser negra, sí.
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