Acuarela de Juanlu para Una idea, mucho arte |
Cuando lo vi por
primera vez, creí que el mundo se había vuelto del revés. Llovía, yo llevaba
paraguas y él también, aunque en realidad era el paraguas el que lo llevaba a
él. Navegaba en la lluvia dentro del paraguas, ese barco que tripulaban sus
sueños y que yo contemplaba con envidia.
Al pasar sobre
mí, su mirada me encontró y por una vez no bajé los ojos ante la mirada de un
desconocido y me atreví a decirle:
—Te estás
mojando...
—Con tu
paraguas no nos mojaremos —contestó y alargando su mano hacia la mía, me invitó
a subir a su barco, a sentarme a su lado y con mi paraguas quedamos los dos
refugiados del aguacero, aunque teníamos los pies chapoteando y los ánimos humedecidos.
—¿Por qué
estás triste? —me preguntó.
—No lo sé –contesté—;
solo sé que llueve en mi interior y que la lluvia me pone todavía más triste —le
dije bajando los ojos mientras sentía que una pareja de lágrimas resbalaban lentamente
por mis mejillas.
—Entonces será
mejor que nos mojemos y que lloremos —dijo arrebatándome el paraguas y arrojándolo
a la calle—. La lluvia limpia, lava las tristezas y el llanto aligera el
corazón —añadió.
En mi
desesperación solo pude decir estas palabras:
—Me gustaría
llorar todas las lágrimas del mundo y arrastrar con ellas toda la tristeza.
Recorrimos la
ciudad en aquel paraguas, cada vez más lleno de gotas de lluvia y de nuestras
propias lágrimas. Y cuando el agua nos llegaba ya a la garganta, salió el
arcoiris. Él aplaudió como un niño, yo también, y al mismo tiempo una sonrisa
apareció en su rostro y como si yo fuera su espejo, mis labios se
abrieron a su vez a la alegría.
Atracamos
nuestro barco en la acera, saltamos del paraguas, y entre los dos vaciamos el
agua del paraguas, que corrió a escaparse por el desagüe.
—Allá se van
nuestras tristezas —dijo él.
—Sí —asentí yo
suspirando hondo, muy hondo, y en cada suspiro, inexplicablemente sentía un
pellizco de felicidad.
Cuando salió
el sol nos despedimos y yo le dije:
—¿Volveremos a
vernos?
—Sí —contestó
él—, como los caracoles, siempre salgo cuando llueves.
* * *
Mi amigo Juanlu participó una vez más en Una idea, mucho arte, con este dibujo y al verlo se me quedó rondando en la cabeza y hoy, con la ayuda de unas gotas de lluvia (pocas) que han caído en Zaragoza , ha salido este cuento de lluvia y melancolía.
13 comentarios:
Puri, la lluvia siempre nos trae grandes historias, capaces de mojarnos los sentidos. Tiene este relato bonitas imágenes que deleitan y engrandecen el conjunto. Ojalá fuese tan sencillo deshacerse de nuestras penas con tan solo llorarlas. Aunque un poco si es así.
Muy bueno.
Abrazos.
Precioso, Puri. Has exprimido de una forma muy bella la ilustración de Juanlu.
Besos.
Me llena el alma ese "mi amigo Juanlu"...
Una preciosidad de historia, de esas que uno rúmia un tiempo en los sentidos, incluso mucho rato después de haberla leído.
Un besazo!
Con el reflejo de tu belleza nos muestras ésta hermosa fantasía.
Si lográsemos hacer realidad todos los sueños paraguayos, volaríamos.
Jooooo qué bonito!!!
Lavar las lágrimas con la lluvia hasta que sale el arco iris...
Puri te he dejado un cariño en el aire
Besos desde el aire
La lluvia nos deja siempre listos para más vidas.
Muy lindo, pareja.
Besos payasos.
Nicolás, las lágrimas ayudan, ayudan mucho.
Gracias Tor, exprimir para sacar lágrimas.
Rosa, ¡muchísimas gracias, por el reconocimiento!
Kum*, gracias por pasar y comentar, creía estar castigada por tener en mi blog palabrejas que ponen a prueba los nervios de un payaso... besos de chocolate
Juanlu, lo de amigo no es decir por decir, así que llénate hasta reventar.
Carlos, ya nos gustaría poder volar con nuestros sueños...
Preciosa historia Puri, que el amigo Juanlu ha ilustrado perfectamente. Felicidades a ambos.
Me gusta el mensaje de esperanza que encierrra el texto.
Gracias por el relato. Un beso
Gracias Jose Luis, los dibujos de Jaunlu inspiran mucho, mucho...
Puri, preciosa historia llena de esperanza.
Me gusta mucho lo que has creado para esta imagen de Juanlu, de verdad, precioso.
Besitos
Qué bonito Puri, cómo me ha gustado leerlo, y sentir la verdad de tus palabras, tanto la lluvia, como las lágrimas nos limpian y tras las dos brilla el sol con una ronrisa.
Besos de admiración.
Gracias, Yashira, en la vida tenemos días de lluvia y días de sol, y hemos de vivirlos todos. Espero verte por aquí, besos
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