Y no intentes escabullirte, que no te va a servir de nada. Siempre te haces el despistado cuando pasamos junto a ella y bajas la cabeza al suelo. Porque sabes que si la miras a los ojos, te atrapará sin remedio. Sí, tiene sus inconvenientes, tendrás que salir todas las tardes con ella y acariciarla y besarla y comprarle un collar precioso para que luzca la más guapa del barrio. La deseas tanto como yo, sólo tienes que confesárselo a mamá y convencerla de que si la perrita entra en casa ella no tiene que marcharse.
* * * * *
Mi última participación en REC, para el 15 de enero. Mañana conoceremos a los finalistas...
4 comentarios:
O la perrita o yo..., je, je.
Besos, Puri.
Eso decía siempre mi madre. Con ese argumento no se podía luchar... Un beso.
Hola TOrcuato, Mar. Sí es el argumento de todas las madres... Incluso es mi argumento ahora, jaja.
Huy, que peligro. Puri, mira que si eligen que la perrita entre...
Tranquila, si eso ocurre te daremos asilo en casa.
Publicar un comentario