Lo primero que suelo leer los domingos en el periódico es la columna de Manuel Vicent, esa mezcla onírica de razón, pasión y melancolía, con su particular ironía algunas veces, y hoy me he encontrado con una acertada disertación sobre el paso del tiempo, veloz como consecuencia de lo rutinario y repetitivo, por eso me han encantado sus mejores deseos para el año nuevo:
Lo mejor que uno puede desear para el año nuevo son felices sobresaltos, maravillosas alarmas, sueños imposibles, deseos inconfesables, venenos no del todo mortales y cualquier embrollo imaginario en noches suaves, de forma que la costumbre no te someta a una vida anodina. Que te pasen cosas distintas, como cuando uno era niño.
Su artículo completo podéis leerlo aquí
2 comentarios:
Gracias de corazón 🌻☻ feliz año nuevo
Genial el trocito del artículo. Gracias
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