viernes, 27 de mayo de 2011

Los cuentos de las Tres rosas amarillas

Dibujo para el encuentro de Juanlu
Todos empezamos a ponernos nerviosos cuando Fernando comenzó a presentar el encuentro de microrrelatistas, y tampoco contribuyó a relajarnos que trajera un muerto demasiado grande.
Aforunadamente luego vino Su, con la que atravesamos una ciudad de palabras con interrogantes, comas, atascos de tranquilos puntos suspensivos y exclamaciones que esparcían confeti, para llegar hasta una librería llena de magia y cuentos.

Frente a la puerta de la librería nos estaba esperando Anita Dinanita, para ir observándonos y tomando notas de todos mientras entrábamos, nos reconocíamos, nos abrazábamos, nos besábamos...

Con Acuática, fuimos testigos de una curiosa migración, cuyas aves esperamos que vuelvan... algún día.

A Elisa se le rompieron los huevos y se estuvo disculpando a su madre para que no le riñera.

Pablo Gonz nos previno de los riesgos de dirigir películas de romanos.

Propílogo trajo un enorme pez, menos mal que también vino su padre y hábilmente lo abrió en canal ante nuestros asombrados ojos.

Pablo Garcinuño nos enseñó que a veces es preferible seguir siendo un segundón.

Para hacernos comprender lo difícil que es escribir un haiku, nadie mejor que Alberto Flecha:

Parece fácil
elaborar este haiku
pero ni de coña 

La maceta de Puck se convirtió en unos hermosos jardines donde a todos nos gusta ir a corretear.

La misa de Manu Espada, con la ayuda de su Biblia en verso, dio una irónica solemnidad al encuentro.

Rocío atrapó nuestros corazones con un niño valiente que abrazaba un pez en su pecera.

Torcuato, después de hacernos pasar por el aro, nos hizo saltar las lágrimas del ¿desamor?

Entre pucheros y aromas de rica cocina, Lola Sanabria nos habló de amor y yo me pregunto ¿qué es lo que no le gusta a esta mujer?

Sara trajo un ángel envuelto de palabras delicadas y preciosas, con sonido de campanillas.

Y Miguel  nos enseñó lo importante que es vestir conjuntados en cualquier ocasión.

El duendecillo de Bea nos empolvó la nariz y nos hizo estornudar.

Tras el duende llegó la magia del payaso Kum*; nos engañó diciendo que no había nada en su sombrero, pero como buen mago sacó de él un palomar entero y hasta un ángel.

Un duende, un mago, solo faltaba una bruja... A Puri, la bruja no le había preparado su chocolate para controlar los nervios, pero a pesar de todo, consiguió conjurar su encantamiento con ayuda de un dragón.

Con Niño cactus conocimos a Federico, el niño miope y solitario que nos llevó de la mano a enamorarnos de la luna.

Luisa Hurtado se asustó cuando vio aquel animal tan extraño en su casa...

Danik nos recordó que para saber qué se esconde detrás de un sapo hay que tener siete años.

Un espontáneo Guillermo Escribano nos contó un micro en cero palabras, sin presencia de su abogado.

Asunción nos trajo el menú del día y nos hizo sentir culpables por la comilona que nos íbamos a zampar.

Ángeles fue sacando de un pequeño saco el mundo de Andreíta, hasta que se topó en el fondo con sus negros recuerdos.

La última pincelada la dio Jaime, que como no sabía que había que leer un micro, pintó un bisonte y luego encendió las estrellas de la noche.

Para terminar, la gran diva Manu Ferrer, aclamada por sus entregadas fans, se convertió en un diminuto Garbancito que rodó por la librería haciéndonos reír.

Y como no solo de letras vive el hombre, tras este empacho de cuentos todos salimos contentos al sol de primavera para tomar unas cañas y comernos un León entero…

(Continuará en la próxima megaquedada de microrrelatistas)


*****


Notas:
* El haibun de Alberto Flecha fue improvisado para la ocasión, por lo que no hay un enlace a su exposición, sino a  su bog. Está genial en el video de Ángeles. Su segundo minimicro, obra conjunta de Pablo, Manolo y el propio Alberto decía así:

Los nómadas también son sedentarios cuando van todo el día montados en camello.


** En cuanto a Manu Ferrer, tampoco hay enlace a su cuento, pero no creo que haga falta, no me digas que a tu edad aún no conoces el cuento de Garbancito... ¡Pachín, pachín, pachán...!

*** Danik tiene una maravillosa exposición de estos micros tuneados en megaquedadamicrorrelatista, no te lo pierdas, está precioso.

**** Y Puck tiene en su rana feliz una entrada con enlaces a todo lo que se ha publicado sobre este inolvidable evento. Salta de blog en blog como una rana y únete a nosotros en nuestra próxima megaquedada.

***** Mi resumen de aquél día aquí.

jueves, 26 de mayo de 2011

Si tienes un porqué, ven con nosotros.

Creían que saldríamos a la calle, gritaríamos un rato y nos iríamos a casa con nuestra mamá. Pero aún seguimos aquí. Desde el quince de mayo. En esta plaza del Sol y en muchas otras plazas de España y del mundo. Discutiendo en asambleas. Preparando propuestas. Porque queremos un futuro. Porque estamos hartos de mentiras. Porque no creemos en ellos. Porque creemos en nosotros. Porque nos gusta soñar. Porque queremos que nos escuchen. Porque juntos somos molestos. Porque lo que molesta, escuece, irrita. Porque no vamos a permitir que nos aplasten.

Hay tantos porqués, que no caben en miles de pancartas.

Si tienes un porqué, ven con nosotros. Porque se sueña mejor durmiendo en una tienda de campaña que en un buen colchón.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Al oído

Un aliento cálido acariciando mi oreja, unos labios suaves en el lóbulo, el vello de la nuca que se eriza, un escalofrío que baja por mi espalda,  palabras de amor susurradas al oído.

domingo, 22 de mayo de 2011

Jornada de reflexión

Sábado 21 de mayo por la mañana. Así estaba la plaza del Pilar. Acampada bajo un sol de justicia. Asambleas bajo los porches.










sábado, 21 de mayo de 2011

Miniquedada en Zaragoza

Ayer, Ángeles Sanchez y yo organizamos una miniquedada en Zaragoza. Sí, mini, mini, ella, yo y nadie más… Ahora estoy en casa de mis cuñadísimos. Ya sabéis que estoy sin conexión a internet, así que no había visto nada (o muy poquito) de lo que ha pasado por vuestros blogs después de nuestro increíble encuentro del 14-M. He leído vuestros correos del grupo de google, pero poco más. Y todos diciendo que qué bueno el video de Ángeles y que si la foto esta y que si aquélla. ¡Aggg.. ¡Y yo sin poder descargar nada de nada. Ángeles, que es un sol, me dijo que me grababa un CD y quedábamos un rato. Alguien quiso unirse también, Anita y Puck, que tenían envidia de nuestra miniquedada, pero al final la rana no consiguió dar un salto tan grande y la Dinamita explotó por las palmeras en unos hermosos fuegos artificiales. En fin que nos vimos solo Ángeles y yo.

¿A que no sabéis dónde quedamos?

En un bar, dice uno

Frío, frío…

En tu casa, dice otra.

Frío, frío…

En la casa de Ángeles.

Frío, frío…

Pues… en una librería.

Frío, frío…

En el Ebro, por el parque de la Expo…

Frío, frío…

En la acampada de la Plaza del Pilar

Mmm, esa era nuestra idea inicial, pero… Frío, frío…



No lo adivinaréis nunca…



Quedamos… ¡en la peluquería!

Jua, jua, jua



Entra Ángeles en la peluquería y se acerca a mí, voy ataviada con mi elegante kimono negro, toalla sobre los hombros, los pelos de punta y pringosos por el tinte y nos damos un par de besos con muuucho cuidado para que Ángeles no se manche con el untuoso baño de color…

Ángeles quería inmortalizar ese emocionante momento con una foto, pero yo no le dejé… ¡Imaginaos las pintas! Esa imagen se queda entre nosotras dos. Como mucho os dejo esta muestra:




Habíamos quedado en la plaza del Pilar para de paso ver lo que se cocía por la acampada, y luego tomarnos algo. Pero yo tenía hora para la peluquería y me cogieron con bastante retraso, así que tuve que llamar a Ángeles para cancelar la cita y ella amablemente me dijo que se pasaba por la pelu y así me daba el CD. ¿No os he dicho antes que es un sol? Claro, que me pilló con uno pelos…

No nos pudimos tomar un café, pero hablamos un rato y lo mejor es que ya tengo el video, ya os he visto a todos otra vez y es maravilloso. Así la miniquedada en la peluquería se ha convertido en megaquedada en el ordenador. Y también es genial el montaje que ha hecho Ángeles de las fotos con la música de Fito Fitipaldi de fondo. Y es que a Fito todo se lo enseñó una bruja… como a mí.

La idea de poner una entrada sobre la miniquedada me la dio Ángeles. Besos, guapa, gracias por la molestia de venir hasta mi barrio y traerme el CD. La próxima nos tomamos un café, con tranquilidad, y nos damos los abrazos y besos que queramos sin riesgos pringosos.

jueves, 19 de mayo de 2011

Más de 14-M Madrid

A nuestra megamacromicroquedada del Café comercial se acercó también mi amiga Alejandra, ilustradora de Madrid. Ya que voy una vez a la capital del reino, le dije que podríamos vernos allí. Me alegro de haber podido estar un ratito contigo, Alejandra, tenemos muchos proyectos que compartir... A ver si ese cuentecito nuestro ve la luz...


Aquí os dejo el blog de Alejandra, LA-ALE para que disfrutéis de sus preciosas ilustraciones.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Microrrelatistas en las Tres rosas Amarillas. Un día para recordar


Por fin consigo subir algo por aquí, odio a Orange, desde el viernes 13 sin conexión... ¿Será el maldito viernes 13?


Los pétalos de la rosa... Los que no se ven están dentro de la librería.
 La fábula...

Hubo una vez un encuentro muy especial. En Madrid, en las Tres rosas amarillas, se reunieron microrrelatistas del mundo de la blogosfera. Como pétalos de rosa se unieron en un círculo y fueron deshojando sus relatos, entre aplausos y sonrisas. El aroma de los relatos se esparció por los libros que los rodeaban, por eso huele tan bien la librería desde entonces...

El sol de la primavera acarició aquella rosa de más de treinta pétalos. Y aunque en el jardín de la terraza no les dejaron echar raíces, encontraron una gruta donde recogerse. Tras unas cañitas doradas, la rosa se abrió en charlas que coloreaban su corola. Así, la rosa amarilla, intelectual y creativa, se fue poniendo roja, apasionada, y abriendo su corazón al mundo.

Los pétalos se juntaron de nuevo en una gran mesa del reino de León, donde pistilos de lechuga, croquetas, morcilla y cecina, atrajeron a las abejas hambrientas. El polen esparcido por las abejas fecundó los ovarios de la flor y dio su fruto: un cuento con el aliento de todos los pétalos microrrelatistas. El abejorro más sabio, de profesión camarero, puso el título al cuento:

Lo increíble de lo increíble...

"La madeja enredada con todo voló libremente sobre la montaña cuando fue hacia el lugar de la historia. Entonces sintió necesidad y quiso estornudar ¡Atchis!

Desmelenada, rodó hasta el dinosaurio."


Increíble parecía, un sueño de cuentos contados por amigos, pero me pellizcaba y sentía que estaba allí de verdad...

La lluvia refrescó los pétalos y nos llevó al Café Comercial. Allí, entre dibujos, cuentos y canciones de una sirena de interior, la velada continuó. Se celebraba un aniversario en la distancia y cantamos un cumpleaños feliz que se escuchó en Castell de Ferro, Granada.

Algunos pétalos se fueron marchando, teníamos que volver a nuestro jardín, a nuestra maceta... Otros siguieron la fiesta, pero eso ya no lo pude ver...

El fruto contiene una semilla. Esa semilla germinará en un libro de cuentos, queridos amigos, para que nos volvamos a encontrar.
 
* * * * *
 
 Y para los que queráis y tengáis tiempo y ganas de leer un poco más, después de la fábula, aquí va la crónica

La crónica de un día para recordar
14 de Mayo de 2011, Madrid, sol y lluvia.
Mi viaje a Madrid comenzó conociendo a Fernando Vicente (Depropio) en el AVE hacia Madrid, yo venía desde Zaragoza, él subía en Calatayud. El viaje se nos hizo corto hablando de micros, lecturas, concursos y respectivas familias... Cuando llegamos a la librería Tres rosas amarillas vimos que se trataba de una librería pequeñita, digamos que si habláramos en términos literarios Tres rosas amarillas sería del tamaño de un microrrelato, mientras que otras librerías son como novelas y otras, como enciclopedias… Tres rosas amarillas está especializada en libros de relatos, por eso nos sentó como un traje a medida, era adecuada al tamaño de nuestros escritos y como nos reunimos unos treinta y pico microrrelatistas, pudimos estar todos juntitos y escuchándonos muy bien.

Fuimos llegando a la librería y nos presentábamos al llegar, por fin les poníamos cara a los blogs que habíamos leído… Imaginaos la magnífica empanada mental que se nos hizo después, cuando tratábamos de recordar quién era quién…

Tras los besos, abrazos y emocionantes encuentros en carne y hueso, comenzamos con la lectura de micros. Fernando (Depropio) fue nuestro magnífico presentador. Venía Depropio desde Calatayud y Depropio se había repasado todos nuestros blogs para decir unas palabras de introducción para cada uno de nosotros… Estuvo genial. Vamos, como si lo hubiera hecho toda la vida.

Allí fuimos pasando cada uno leyendo nuestros relatos. Hay quien preparó micros especiales y muy a tono para la ocasión, como Anita Dinamita y Puck, que en sus micros hilaban nuestros nombres o los nombres de nuestros blogs dando forma a sus historias.


Kum* nos sorprendió con su sombrero y su nariz de payaso y realizó una actuación que nos dejó a todos con la boca abierta, para que se nos abriera todavía más cuando nos contó, a pelo y sin papeles, su hermosa historia de palomas y ángeles...

Kum, el artista de la pista. Por supuesto, se quitó el sombrero.

Manuel Espada nos trajo un libro tétrico y negro, titulado la Biblia en verso que contenía un soneto inspirado en los pasajes bíblicos.


Manuel Espada y su biblia en verso


Por último, Manu Ferrer cerró el acto con el cuento de Garbancito y rodamos a carcajadas por la librería, con su alegría y su buen humor.



Todos los demás estuvieron estupendos, pero si no esto se hace muy largo, espero poner una entrada donde enlazar todos vuestros micros. Paciencia, todo llegará.

Entonces los cuentistas nos revolvimos y hablamos unos con otros, también descubrí los maravillosos marcapáginas de Juanlu con sus didibujos que ilustran relatos.

Después, foto en la puerta de la librería, que no se enfaden los que no salen en ella, que todos sabemos que están dentro, sí, veo a Lola, veo a Rocío, bueno, ahí están todos los demás…

Y nos fuimos a tomar unas cañas. Caímos en una plaza calurosa bajo el sol de mayo, donde una terraza tentadora, a la sombra, con sus mesas y sillas apiladas, nos llamaba: sentaos aquí… que se está muy bien… Y cuando ya habíamos desapilado las sillas y acomodado tan ricamente en ellas, vino el camarero de la cafetería y nos dijo que la terraza estaba cerrada. ¡Brrrrr! Pues a otra cosa, mariposa, nos levantamos y nos metimos en un bar que estaba a veinte pasos, y lo llenamos por completo.

Rubias cañitas fresquitas y rojos vermús con hielo remojaron nuestras gargantas resecas de tanto leer y parlotear… Y seguimos conociéndonos unos a otros por aquí y por allá, y con Manu Ferrer intercambié un par de libros, yo me llevé su El Cordero conquistador y El reino de los mil escalones a cambio de mi Dragón busca princesa y mi Monstruo, ¿vas a comerme? Muchos otros me compraron mis libros, si es que mis amigos microrrelatistas conservan intacto su corazón de niños…

El hambre empezó a hacer cosquillas en nuestros estómagos, así que encaminamos nuestros pasos hacia la casa de León, donde teníamos un enorme salón reservado para nosotros solos con una laaaarga mesa preparada. Los que venían de León estaban un poco picados: Mira que venir a Madrid a comer morcilla y cecina de León…
Pablo Gonz, que presidía una de las cabeceras de la mesa, se levantó para hacer un brindis por todos aquellos microrrelatistas que habrían querido estar aquí pero que no pudieron venir.

Pablo antes del brindis
Y entre morcilla, cecina, croquetas, vino tinto y demás viandas, fue pasando la comida y nuestra charla. Marina y yo hablando de cómo escribir cuentos para niños (me contó Marina que con siete años les pidió a sus padres que le regalaran una máquina de escribir para mecanografiar sus cuentos), con Manu y Luisa hablamos de los cuentistas que viven del cuento, los haibun de Alberto Flecha, los filandones en un pueblo perdido de León…

Con Marina-Acuática, la megaorganizadora y la alegría incontenible de la fiesta.

Después de comer, Manu Ferrer, con su habilidad para manejar al público general, nos propuso inventar un cuento entre todos: cada uno debía decir una palabra y encadenando una tras otra, formar un cuento. La historia quedó así:

"La madeja enredada con todo voló libremente sobre la montaña cuando fue hacia el lugar de la historia. Entonces sintió necesidad y quiso estornudar ¡Atchis!
Desmelenada, rodó hasta el dinosaurio."
Y el camarero, al que le pedimos que nos pusiera el título al cuento, fue el que más se lució, lo tituló con gran acierto Lo increíble de lo increíble.

Todo esto con comodín de la llamada incluido (me llamaron por el móvil justo cuando me tocaba decir palabra a mí, pero os juro que colgué la llamada, si alguno de estos cuentistas os dice que me chivaron la palabra por teléfono, no le creáis…).
Después de la comida, llegó el emocionante momento del sorteo de micros. Cada uno habíamos llevado nuestro micro tuneado, es decir, arreglado un poquillo, bonito y decorado, para regalárselo a otro microrrelatista en plan amigo invisible. Pusimos a cada micro un número y en una bolsa metimos papelitos con los números, para ir sacando cada uno el suyo. Nuestro maestro de ceremonias, Manu Ferrero, sostenía limpiamente el saquito y nosotros íbamos metiéndole mano… (al saco, ¿eh, qué habíais pensado?) para coger el numerito de la fortuna. A mí me tocó el micro de Sandry, que me regaló una preciosidad de tarjeta con hojas secas y flores, es toda una artista, os lo dejo aquí abajo (si pincháis en la foto podéis leer el micro):

Regalo de Sandry

Elisa nos regaló un micro para cada uno, todo un detallazo…

  
Regalo de Elisa


Y Juanlu, que no pudo venir desde Castel de Ferro, Granada, nos había enviado unos marcapáginas de regalo, con sus dibujos. Como yo había cogido uno en la librería, tengo dos, uno con un relato de Ángeles Sanchez y otro con el de Niño Cactus:

De parte de Juanlu


Mi micro Encantamiento se lo llevó Miguel, en su blog no cabe, ¡tiene más de 99 palabras!

Fernando (Depropio), había metido su micro en un Adoquín (un megacaramelo típico de Zaragoza en forma de adoquín, con la virgen del Pilar pintada), ¿y sabéis a quién le tocó? A Ángeles Sanchez, que también es de Zaragoza… Jajaja, vaya jugada de la puñetera fortuna, el adoquín volvió a Zaragoza, cuando es el típico recuerdo turístico de nuestra ciudad… Creo que el que más planchado se quedó fue Fernando, pobre, no se esperaba esto.

Al final, no sorteamos a Propílogo, vaya, qué pena...

Ya solo nos quedaba ir al Café Comercial a encontrarnos con Clara Varela y su exposición Escríbeme una ilustración, donde sus dibujos se entrelazan con nuestros relatos. Llovía y algunos cuentistas se mojaron un poco, yo llevaba paraguas, así que junto con Luisa solo chapoteé un poco.

Conocimos a Clara y ella nos tenía reservada una sorpresa, estaba acompañada por Quesia Bernabé, que nos cantó con su voz de sirena las canciones que habían compuesto inspiradas en un par de los relatos de la exposición.

Ana Vidal (Anita Dinamita) llamó a Juanlu y todos le cantamos Cumpleaños feliz.

Y así terminó la tarde, Fernando, Ángeles y yo nos fuimos a coger el AVE otra vez de vuelta a nuestras casas… Besos, abrazos de despedida y promesas de volver a juntarnos… La próxima macromicroquedada, ¿en Zaragoza?   ; )

P.D. Me queda pendiente un resumen de todos vuestros micros y donde podéis leerlos. Ah, y me hubiera gustado enlazar aquí a vuestros blogs, pero no tengo más tiempo....

Aquí está el cuento de los cuentos de las tres rosas amarillas donde podéis encontrar todos los microrrelatos que leímos en la librería.