Imagen de Rolland András Flinta |
Para recuperar el equilibrio, me
apunté a clases de yoga. La meditación me ayudaba mucho; después de algunas
sesiones, lograba salir de mi cuerpo, me elevaba sobre la sala, y me quedaba
sentada en el platillo de una balanza, completamente centrada. Desde allí
observaba todo, con los ojos cerrados. En un platillo de la balanza estaba yo y
en el otro, el mundo. Y el mundo ni me alzaba a las estrellas ni me hundía en
el abismo aplastándome con su peso. Permanecíamos cada uno en su sitio, en paz
y armonía. El desorden volvía cuando se me acercaba ese pajarillo revoloteando,
se posaba en mis pies y comenzaba a picotearlos. El peso de ese diminuto ser me
hundía en la añoranza de volver a sentirme rodeada por tus brazos.
* * *
Para el viernes creativo de el bic naranja, 20 de diciembre de 2013
Conmovedor relato pleno de poesía.
ResponderEliminarQue tengan FELIZ NAVIDAD Y UN SUPER 2014.
gracias Carlos, Feliz navidad y maravilloso 2014, lleno de imaginación y proyectos
ResponderEliminarTierna descripción de ternura y amor, mi enhorabuena¡¡¡
ResponderEliminarBesos muchos ♥♥
Qué difícil el equilibrio, y que inestable, uf.
ResponderEliminarMe gustó el intento Puri.
Abrazos.
Qué bueno Puri, así es, basta con un simpe pajarillo para desequiilibrar lo que parecía inmóvil, lo que se llama un equilibrio inestable.
ResponderEliminarMe ha encantado. Felicidades y que pases bien estas fiestas.
Besos
Precioso este micro. A veces nos desequilibramos con lo más mínimo, que puede ser lo más...
ResponderEliminarEspero que estés pasando una felices fiestas y espero que tengas una entrada de año preciosa.
Besicos muchos
Gracias Tramos, Miguel Jimenez, ARtePun, NAni, estamos hechos de equilibrios insetables....
ResponderEliminarBesos para todos