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lunes, 27 de agosto de 2012

...era imposible definir a qué olía...



Dos micros para los relatos de verano de el país. Tenían que llevar la frase : era imposible definir a qué olía.

* * * * *

Cuando entraba en su casa, era imposible definir a qué olía. Era como ella: un olor viejo, como el de los muebles, lleno de vacío y ausencias. En el pasillo me envolvía, y sentía la muerte abrazándome en el pecho.

* * * * *

En la despensa, era imposible definir a qué olía, una mezcla de bizcocho, chocolate, pan tierno, queso curado y jamón rancio. Podíamos permanecer allí sentados, alimentándonos de olores, toda la tarde, y cuando la abuela venía a prepararnos la merienda ya no teníamos hambre.


7 comentarios:

  1. Te lo dije en fb, pero no puedo evitar dejarte hoy también aquí unas letras. Es que el olor inundó el ordenador. mmmm, rico, rico. Precioso texto.
    saludillos

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  2. Pues huelen muy bien ambos micros. Quizás me guste más el segundo, por ese giro final de no tener ya hambre.

    Suerte. Abrazos

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  3. Gracias Puck y además como tú dijiste, alimenta pero no engorda.

    José Luis, el primero apesta a muerto el segundo si que huele bien... Besos de bizzcocho y chocolate.

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  4. El segundo da hambre Puri...
    Besos desde el aire

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  5. Debe ser tú magia de chocolate pero tus relatos siempre huelen bien. Me han gustado mucho, sobretodo el segundo.

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  6. Bien distintos ambos, Puri. El uno habla de muerte y el otro de recuerdos de infancia a través de olores.

    Besitos

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