Páginas

domingo, 20 de mayo de 2012

Para qué sirven los paraguas



Acuarela de Juanlu para Una idea, mucho arte




Cuando lo vi por primera vez, creí que el mundo se había vuelto del revés. Llovía, yo llevaba paraguas y él también, aunque en realidad era el paraguas el que lo llevaba a él. Navegaba en la lluvia dentro del paraguas, ese barco que tripulaban sus sueños y que  yo contemplaba con envidia.
Al pasar sobre mí, su mirada me encontró y por una vez no bajé los ojos ante la mirada de un desconocido y me atreví a decirle:
—Te estás mojando...
—Con tu paraguas no nos mojaremos —contestó y alargando su mano hacia la mía, me invitó a subir a su barco, a sentarme a su lado y con mi paraguas quedamos los dos refugiados del aguacero, aunque teníamos los pies chapoteando y los ánimos humedecidos.
—¿Por qué estás triste? —me preguntó.
—No lo sé –contesté—; solo sé que llueve en mi interior y que la lluvia me pone todavía más triste —le dije bajando los ojos mientras sentía que una pareja de lágrimas resbalaban lentamente por mis mejillas.
—Entonces será mejor que nos mojemos y que lloremos —dijo arrebatándome el paraguas y arrojándolo a la calle—. La lluvia limpia, lava las tristezas y el llanto aligera el corazón —añadió.
En mi desesperación solo pude decir estas palabras:
—Me gustaría llorar todas las lágrimas del mundo y arrastrar con ellas toda la tristeza.
Recorrimos la ciudad en aquel paraguas, cada vez más lleno de gotas de lluvia y de nuestras propias lágrimas. Y cuando el agua nos llegaba ya a la garganta, salió el arcoiris. Él aplaudió como un niño, yo también, y al mismo tiempo una sonrisa apareció en su rostro y como si yo fuera su espejo, mis labios se abrieron a su vez a la alegría.  
Atracamos nuestro barco en la acera, saltamos del paraguas, y entre los dos vaciamos el agua del paraguas, que corrió a escaparse por el desagüe.
—Allá se van nuestras tristezas —dijo él.
—Sí —asentí yo suspirando hondo, muy hondo, y en cada suspiro, inexplicablemente sentía un pellizco de felicidad.
Cuando salió el sol nos despedimos y yo le dije:
—¿Volveremos a vernos?
—Sí —contestó él—, como los caracoles, siempre salgo cuando llueves.

* * *

Mi amigo Juanlu participó una vez más en Una idea, mucho arte, con este dibujo y al verlo se me quedó rondando en la cabeza y hoy, con la ayuda de unas gotas de lluvia (pocas) que han caído en Zaragoza , ha salido este cuento de lluvia y melancolía. 

13 comentarios:

  1. Puri, la lluvia siempre nos trae grandes historias, capaces de mojarnos los sentidos. Tiene este relato bonitas imágenes que deleitan y engrandecen el conjunto. Ojalá fuese tan sencillo deshacerse de nuestras penas con tan solo llorarlas. Aunque un poco si es así.

    Muy bueno.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Precioso, Puri. Has exprimido de una forma muy bella la ilustración de Juanlu.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Me llena el alma ese "mi amigo Juanlu"...

    Una preciosidad de historia, de esas que uno rúmia un tiempo en los sentidos, incluso mucho rato después de haberla leído.

    Un besazo!

    ResponderEliminar
  4. Con el reflejo de tu belleza nos muestras ésta hermosa fantasía.
    Si lográsemos hacer realidad todos los sueños paraguayos, volaríamos.

    ResponderEliminar
  5. Jooooo qué bonito!!!
    Lavar las lágrimas con la lluvia hasta que sale el arco iris...

    Puri te he dejado un cariño en el aire

    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
  6. La lluvia nos deja siempre listos para más vidas.

    Muy lindo, pareja.

    Besos payasos.

    ResponderEliminar
  7. Nicolás, las lágrimas ayudan, ayudan mucho.

    Gracias Tor, exprimir para sacar lágrimas.

    Rosa, ¡muchísimas gracias, por el reconocimiento!

    Kum*, gracias por pasar y comentar, creía estar castigada por tener en mi blog palabrejas que ponen a prueba los nervios de un payaso... besos de chocolate

    ResponderEliminar
  8. Juanlu, lo de amigo no es decir por decir, así que llénate hasta reventar.

    Carlos, ya nos gustaría poder volar con nuestros sueños...

    ResponderEliminar
  9. Preciosa historia Puri, que el amigo Juanlu ha ilustrado perfectamente. Felicidades a ambos.

    Me gusta el mensaje de esperanza que encierrra el texto.

    Gracias por el relato. Un beso

    ResponderEliminar
  10. Gracias Jose Luis, los dibujos de Jaunlu inspiran mucho, mucho...

    ResponderEliminar
  11. Puri, preciosa historia llena de esperanza.

    Me gusta mucho lo que has creado para esta imagen de Juanlu, de verdad, precioso.


    Besitos

    ResponderEliminar
  12. Qué bonito Puri, cómo me ha gustado leerlo, y sentir la verdad de tus palabras, tanto la lluvia, como las lágrimas nos limpian y tras las dos brilla el sol con una ronrisa.

    Besos de admiración.

    ResponderEliminar
  13. Gracias, Yashira, en la vida tenemos días de lluvia y días de sol, y hemos de vivirlos todos. Espero verte por aquí, besos

    ResponderEliminar